domingo, 30 de agosto de 2009

La muerte a manos del azar

Buscar a la muerte, tentarla, jugar con ella y engañarla siempre ha sido un tema fundamental sobre el que ha pivotado el papel del hombre en su efímera existencia. En el cine, este concepto se ha tratado de diversas maneras: enfrentarse contra las maquinaciones de los Dioses significa retar y desestabilizar la armonía planetaria y divina. Por tanto, el hombre tiene libre albedrío y puede modificar su suerte. El caso más gráfico sobre esta idea lo obtenemos del largo El séptimo sello (1957) de Ingmar Bergman, donde la interpretación de Max von Sydow resulta una imagen que se encuentra en el ideario colectivo: un hombre jugándose su vida a una partida de ajedrez. Vivir o morir, todo depende de la suerte que tengamos. Esquivar la parca significa tener el poder sobre nuestras vidas y nuestro destino. Pero, ¿qué pasa cuándo se utiliza un mismo juego de azar para demostrar que estamos al límite de ser personas con suerte a ser una especie de semidioses?

Esta entrada versará sobre 2 films que han sabido dar otra vuelta de tuerca a la idea que se utilizó en El cazador (1978) de Michael Cimino: la ruleta rusa como un juego mortal que se puede ganar siempre.

-Intacto (2001) de Juan Carlos Fresnadillo.
-13 Tzameti (2005) de Géla Babluani.



Intacto (2001) de Juan Carlos Fresnadillo supone un salto cualitativo en el cine español, tanto es así que esta cinta ha despertado tantos vituperios de envidia por parte de la crítica especializada que uno siente que el triunfo está más que logrado: en España se suele machacar lo propio y alabar lo ajeno por sistema. La envidia no es un pecado capital en este país.
Ésta es una de las mejores y más profundas cintas que ha podido gestar la cinematografía hispana. Un guión sólido con muchos vértices e interpretaciones sobre la reflexión de si realmente existe la suerte o se trata todo de una cuestión de azar (la fortuna va y viene, según las circunstancias o según las probabilidades).
La historia, en esencia, pivota sobre la situación de 4 personas, donde su existencia personal gira alrededor de un giro inesperado: un hecho fortuito les ha convertido en seres tocados o desprendidos de la fortuna. Un viejo propietario de un casino juega incansablemente a la ruleta de la fortuna; un hombre se transforma de un ser suertudo a un hombre real desprendido de la fortuna; un joven sufre un accidente de vuelo donde sólo sobrevive él; una mujer policia descubre una red de juego, donde se apuestan vidas y donde hay una inextricable ligazón con su existencia atormentada.
Max von Sydow (el viejo amo del casino), Sam, retoma la idea de El séptimo sello para adentrarse en una vorágine de retos hacia el espectador para preguntarse si realmente podemos desafiar a la muerte con un simple juego de azar. Este personaje empezará el film con una propuesta sugerente: la creencia de que podemos apostar las vidas de la gente, o su fortuna (guardando sus fotografías, como si atraparamos su espíritu), con un juego macabro, que es el giro del tambor de un revólver. Debido a que su fiel compañero, Federico (Eusebio Poncela), decide desprenderse de su trabajo en la casa de juego, Sam decide arrebatarle su "poder". Esto producirá que Federico busque a un nuevo candidato para vencer al máximo poseedor de la suerte: un joven, Tomás, cargado de dinero que sobrevive a un aparatoso accidente aéreo (Leonardo Sbaraglia). Las pruebas a las que se verá sometido para demostrar su valía serán atenazantes.
Un universo mágico de posibles realidades terrenales, donde no podemos distinguir si lo que vemos es posible o es una simple ficción. ¿Casualidad o fortuna? Mágica reflexión para determinar si alguien estaría capacitado a ganar indefinidamente a la ruleta rusa y cómo se puede vencer a alguien que se entrona como el máximo poseedor de la suerte. Gente que arrebata la fortuna y el destino de los demás con unos endiablados juegos de azar: un concepto refrescante y novedoso. Todos los personajes han sobrevivido a una terrible desgracia que los ha convertido en seres casi divinos. ¿Será posible que tengamos mala suerte porque hay gente que nos la arrebata sin saberlo y así no se desestabiliza la armonía planetaria?
Debido a que el film contiene una infinidad de momentos supremos, os dejo con el tráiler, que resume la esencia de la cinta:



Una maravilla del séptimo arte.
El segundo ejemplo viene de la mano de una de las películas más hipnóticas y atrapantes del cine francés más underground y que retoma la idea de Intacto sobre la ruleta rusa.

Film grabado en blanco y negro que narra la peripecia en la que se ve envuelto un chico que se dedica a reparar el tejado de una pareja algo extravagante. Un hombre que si se duerme puede morir y que necesita drogarse para mantenerse despierto; su mujer lo intenta preparar para un encuentro en un lugar desconocido; unos hombres que vigilan la casa de la pareja rebuscando en el buzón; el protagonista proviene de una familia muy modesta que necesita dinero para sobrevivir. Con esta premisa de personajes se gestará una historia que surca en lo más hondo de los límites psicológicos en los que puede aguantar un ser humano.
La apropiación de la carta provocará una vorágine de locura, pues nuestro protagonista se verá sumergido en una desatada demencia, donde en un pequeño submundo bizarro la gente apostará dinero y vidas en el endiablado juego de la ruleta rusa.
Observemos un fragmento genial de esta cinta, donde se empieza el terrorífico azar de los revólveres. La originalidad radica en que no juegan 2 personas a la vez, sino varias puestas en círculo. Nunca encender una bombilla había supuesto tanto pavor:



No es tan fácil emprender una tarea tan dura y en esas condiciones.
La película tiene el aliciente de ensartar elementos que a simple vista no se retienen. Atención a los sonidos que se oyen durante todo el metraje: sirenas, ruido de bicicletas, etc. Sublime.

Por tanto, aquí hemos observado dos ejemplos que han servido para mejorar la anécdota de El cazador. En 13 Tzameti se crea una atmósfera sinuosa de terror psicológico; en Intacto se rompen todos los moldes de trama policíaca, intriga, suspense, etc. Cine reflexivo sobre nuestros más oscuros monstruos invisibles.
La muerte a manos del azar: ¿seríamos capaces de jugar constantemente a la ruleta rusa y no morir? Es posible. Pero, ¿quién se atreve con este reto? Ellos lo han probado.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Créditos sublimes I

Se abre una nueva sección en este blog sobre una de las partes más poco reseñadas: los títulos de crédito del principio de un film. Esta parte suele ser una forma de preludio para lo que contendrá la cinta en sí y suele ser bastante anodina, aunque los ejemplos que subiré y pondré por entregas demostrarán que hay directores que se esmeran en que quede una buena y sugerente presentación.
Ginger Snaps (2000) de John Fawcett es un film canadiense con una atmósfera lúgubre, donde la morbosidad por la muerte y la estética neogótica han producido una trilogía.
La historia se centra en la neurótica y misántropa vida de dos hermanas, Ginger y Brigitte, que, soñando con suicidarse en un futuro próximo, ven cómo la aparición de un licántropo les cambiará la vida hacia una lucha entre ellas. Mujeres lobo al poder en una nueva y refrescante revisión del género de terror.
El principio no puede ser más atrayente y aterrador. Sublime a partes iguales.
Adelante:

Snaps from Dante D on Vimeo.


La forma en que se muestran los distintos tipos de suicido es formidable y atenazante. Qué bien empieza un film así.

El segundo caso no es otro que la archiconocida y ejemplar cinta El club de la lucha (1999) de David Fincher, basada en el primer libro publicado del iconoclasta y abanderado de la literatura underground norteamericana Chuck Palahniuk.
No me voy a detener a explicar lo que ya se ha escrito sobre este film, sólo ceñirme a los títulos principales, donde viajamos a velocidad trepidante por el interior de la cabeza de Tyler Durden al ritmo de la música de The Dust Brothers.
¿Se puede pedir más para lo que vendrá luego con la increíble historia de nuestro protagonista?
Delicioso y frenético:

Lucha from Dante D on Vimeo.


Hasta la próxima entrega.

domingo, 23 de agosto de 2009

Celebración musical



El enigmático número 23 nos advierte que algo se celebra en este espacio, y siempre con un número musical.
Éste es el fragmento de un film que tendrá una futura entrada, La felicidad de los Katakuri (2001), del siempre impactante Takashi Miike. Este director siempre se ha destacado como un fiel mostrador de la violencia más explícita y dura, dando a conocer la cara oculta del ser humano en un mundo tan parecido al nuestro que no advertimos que es el mismo que pisamos. En este film se plantea la situación de aunar el musical con los muertos. Una familia abre un hotelito maravilloso en la montaña, y los malos accesos a ella provocan que nadie se acerque, hasta el día en que un huésped alquila una habitación y se suicida. Con la mala prensa que esto puede dar, deciden enterrarlo a escondidas. Todo esto sin percatarse que todo aquel que mora en el lugar acaba inexplicablemente muerto. La felicidad de la familia, al levantar el negocio, no se parará si por ello necesitan enterrar montones de cuerpos. Un guión con un planteamiento memorable.
Sigamos con las cintas más curiosas.

martes, 18 de agosto de 2009

Sesión de cine: À l'intérieur

Le toca el turno a una película -no estrenada en nuestro país- que ejemplifica la nueva ola del cine francés actual: la delgada línea entre la vida y la muerte más trágica y dolorosa.
Crudeza y recreación en el gusto por mostrar la cara aún más turbia de las mentes más torturadas.


À l'intérieur (2006) de Alexandre Bustillo y Julien Maury se nos presenta con un golpe tremendo hacia la sensibilidad del espectador en todo su espectro: una mujer embarazada conduce un coche con su marido cuando de repente sufre un terrible accidente. A partir de ahí la cámara se ralentizará para mostrar el efecto que surge sobre el bebé. A pesar de la muerte de su pareja, la protagonista, Sara, conseguirá continuar con su embarazo. Pero aquí no termina todo, pues la aparición de una mujer sombría a la puerta de su morada cristalizará la existencia de Sara en un atenazante averno. La lucha por su supervivencia conformará una de las bazas más imperiosas de este largo, donde la apuesta final supondrá uno de los giros inesperados más sublimes del cine de los últimos tiempos.
Ouvre-moi ta porte... que je t'ouvre le ventre


martes, 11 de agosto de 2009

Planteamientos curiosos: erotismo nazi

Este blog se ocupa, principalmente, de las curiosidades que cristaliza el séptimo arte, y en esta ocasión nos vamos a centrar en lo que se ha regurgitado para satisfacer los deseos sexuales de gente ávida de sadismo extremo. Eso sí, sin entrar en el género porno, vamos a hacer un recorrido sobre cómo se ha utilizado como materia prima el tema del nazismo en películas eróticas. Asunto insólito para el espectador medio. Sí, se ha hecho de todo en cine. Violencia y sexo extremos. Un aviso: en estas cintas no hay una apología al nazismo, más bien al contrario. Veréis algunos directores famosos utilizando este tipo de tramas para sus proyectos. Algunas siguieron los pasos de un tipo de cine europeo de los 60-70 que configuró el género nazi-exploitation, de entre los que se incluye a Luchino Visconti con La caída de los dioses (1969).

Salò o los 120 días de Sodoma (1975) del famoso Pier Paolo Pasolini es una muestra de lo que el italiano intentaba: tratar el sexo de una manera que violentara y levantara ampollas en el seno de una sociedad susceptible. Las imágenes y el tema que trata hoy día estarían completamente prohibidos, por mucho que su intención sea la de provocar. Un grupo de oficiales nazis secuestran a unos jóvenes para llevarlos a una mansión y disfrutar de una retahíla de cuentos picantes (del mismo modo que se hace con el Decamerón de Giovanni Boccaccio, también se influencia de la Divina comedia de Dante Alighieri en su segmentación), para luego deleitarse sexualmente con los púberes. La conducta aberrante de los nazis demostrará hasta qué punto este movimiento sobrepasaba los límites de la corrección ética y moral.
Provocación extrema. No apto para el 80% de la población.


Portero de noche (1973) de Liliana Cavani es un drama con tintes eróticos donde se plantea la difícil situación de una mujer judía que, 13 años después de las vejaciones y violaciones que sufrió por parte de un nazi en un campo de concentración, se reencuentra con su enemigo en la ciudad de Viena. El enfrentamiento de sentimientos provocará la sorprendente situación de que ella se sienta sexualmente atraída por él y empiece así una relación sadomasoquista entre ellos dos.
El título hace referencia a la profesión que ejerce el militar, en la actualidad, en el hotel donde trabaja.


La bestia en calor (1977) de Luigi Batzella es una dura película sobre una mujer científico y nazi que pretende crear un nuevo hombre con deficiencias mentales para que se convierta en una máquina de violar (es totalmente cierto). La mujer canalizará en ese monstruo todo lo que ella practica en un campo de concentración del III Reich, como torturas, violaciones, canibalismo, etc.
Todas las perversiones más extremas en una cinta difícil de masticar. Las escenas que aquí se muestran irán aderezadas de típicos desnudos de la época.
Un erotismo llevado a una vertiente de una temática altamente comprometida.


Campo de concentración nº 7 (1969) de Lee Frost es una cinta norteamericana que, en esencia, trata las vicistudes de 2 agentes que se infiltran como nazis en un campo de concentración de mujeres para intentar salvar la vida de un científico. Una vez allí observarán atónitos las barbaridades que se ejecutan. Los militares alemanes someten a las prisioneras a los más bajos deseos sexuales sádicos.
El nivel de violencia todavía está lejos de las anteriormente mencionadas y las que siguen.
Como en todas las cintas, el nazismo es tratado como lo que es: un movimiento perverso y maligno en toda regla.


Salón Kitty (1976) del famoso Tinto Brass es un drama erótico que está basado en un hecho verídico: durante la época de la Segunda Guerra Mundial existió un burdel que estaba regentado por unas prostitutas polacas, y al llegar los nazis al lugar decidieron cambiar a las chicas por auténticas meretrices alemanas, con un grado de inteligencia y belleza fuera de la media normal.
A partir de esta premisa, la jefa del burdel deberá ensinistrar a las chicas, pero negándose a que formen parte de la ideología nazi, se rebelará contra el orden establecido de represión.
Un hecho curioso llevado a la gran pantalla.


Alain Payet es un director que firmaba sus películas como James Gartner y que se especializó en films morbosos que ahondaban en todo tipo de temáticas. En este apartado citaremos dos de las cintas que concuerdan con el asunto que se plantea en esta sección.
La primera es Tren especial para Hitler (1977), una cinta donde las protagonista forman parte del bando nazi, ayudando al régimen para cumplir sus deseos de deshacerse de sus enemigos.
Una chica de variedades será la encargada de una misión muy especial: reunir a un grupo experimentado de prostitutas para abastacer sexualmente a un grupo de espías y aprovecharse de ellos hasta eliminarlos por completo.
Este guión dará pie a que se aglomeren una multitud de escenas subidas de tono, donde las perversiones sexuales conformarán la pieza angular del film.
La segunda no es otra que Campo de perversión (o también titulada como Nathalie escapa del infierno nazi), y del año 1978. En este largo se explica la compleja situación que ha de vivir Nathalie Baksova, una médico y espía rusa que debe decidir si cumplir su función de asistente de enfermos: la casa donde se está salvaguradando recibe la inesperada visita de un teniente alemán, Erik Müller. Éste se verá en la compleja situación de verse herido de bala. El desarrollo del guión provocará que surjan todo tipo de situaciones altamente comprometidas.


La svástica en el vientre (1977) de Mario Caiano remite a una historia gastada, incluso para este tipo de largos que estamos viendo a modo de retrospectiva.
A un grupo de judíos les sobreviene la desgracia cuando son arrestados por las SS y llevados a un campo de concentración tan diabólico que ni las mentes más enfermizas podrían imaginar que allí se cometieran unas barbaridades tan sadomasoquistas como las que se llevan a cabo.
Esencialmente la cinta recrea el morbo de la sexualidad más extrema.
La industria cinematográfica italiana se cebó hasta saturarse de este género.
Erotismo con ambiente turbio.


Casa privada para la SS (1977) de Bruno Mattei (director de la horrenda Apocalipsis Caníbal) cuenta el entrenamiento que recrea un hombre para coger a un grupo de mujeres y convertirlas en prostitutas duchas en el arte sexual y en todas sus técnicas. Toda esta artimaña le servirá para descubrir a un alemán traidor.
A partir de aquí desfilarán todo tipo de escenas cargadas de erotismo y sexo perverso.
Los más ocultos gustos sobre el tema desembocarán en una orgía de muerte y lascivia. Un ejemplo más de un guión que ya se ha tratado en otros largos.


En Elsa Fraulein SS (1977) de Patrice Rohmm se explican los divertimentos de unos oficiales alemanes que reciben un cargamento de mujeres que tienen el único objetivo y función de completar sus deseos sexuales.
Escenas de todo tipo para satisfacer los más oscuros y primarios gustos de los encargados de cometer las más terribles atrocidades.
No dejar de ser ésta, otra repetición de un tema ya harto manido en esos años, que a finales de los 60 ya se había gastado con las producciones anteriores.
Al fin y al cabo, más de lo mismo.


Ilsa. La loba de las SS (1975) de Don Edmonds es una cinta muy conocida en los círculos de entendidos del séptimo arte más underground.
Basada en hechos reales, cuenta la historia de una general de las SS que dirigía un campo de concentración de mujeres y cómo infligía las más ingentes atrocidades y torturas a mujeres, y cómo éstas soportaban el dolor de una manera más fuerte que los hombres.
El film es la primera parte de una trilogía que gira alrededor de 5 perversiones: Bondage, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. El campo en cuestión es el de Buchenwald, y el nombre de la terrible protagonista, Ilsa, era el de la mujer del director del campo. Barbaridades enfundadas en cuero y látigos.

De este tipo de films hay todavía más. Creo que con esta lista ya os podéis hacer una idea que este género no era un terreno yermo donde labrar. Mucho, demasiado tal vez, se ha conreado en el campo del sexo y el nazismo.

sábado, 8 de agosto de 2009

El maquinista: descarga directa

Si hay un elemento del que goza este blog es la reflexión sobre temas universales y curiosos acompañados de escenas de films para ilustrar cómo se ha tratado un asunto u otro. Se ha producido un nuevo revés: la empresa cinematográfia y la distribuidora del film El maquinista (2004) de Brad Anderson ha decidido retirar los vídeos cortos que animaban el visionado de la cinta. Además que el canal Monstruos invisibles parece encontrarse en vías de extinción debido a las múltiples denuncias de varias empresas por considerar el material ilegal. Y aquí nos encontramos con una encrucijada absurda de intereses: ¿es más legal colgar la cinta entera? Pues sí. ¿Es ilegal subir un vídeo de 1 minuto? Pues sí.
Entonces pongo a disposición el film entero. Ahora, eso sí, me veo en la obligación de migrar todos los vídeos a otro soporte que no sea Youtube.
Monstruos invisibles siempre encontrará la manera de ofrecer todo el material que considere interesante. Disfrutad de la película.
Clickad en la imagen para la descarga directa.

martes, 4 de agosto de 2009

Bandas sonoras directas VI

El mundo de los cabarets es un terreno poco labrado en el mundo del cine, pero los intentos que han surgido demuestran que en el fértil campo de los musicales se han esmerado bastante.
Esta entrada pondrá a vuestra disposición esas películas que han brillado más por sus bandas sonoras que por sus guiones, donde la música está al servicio de un ambiente lleno de humaredas de cigarrilos con filtros largos y azúcar disuelto en absenta.

Moulin Rouge (2001) de Baz Luhrmann crea la propuesta de colocar en la banda sonora artistas modernos con canciones contemporáneas en el ambiente propio de la historia. Sin por ello desdeñar los ritmos de ahora con el lujo y oropel del film. Fatboy Slim, Beck, Massive Attack o Christina Aguilera son unos de los ejemplos de disparidad de elementos que crean una vorágine ecléctica de sonidos.
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Chicago (2002) de Rob Marshall propone la vía clásica de mezclar los números de vodeviles con los diálogos musicales, donde retoma la opción del film anterior de encuadrar a artistas de actualidad en canciones ambientadas en esas situaciones. El espectador se adentrará en un entramado donde tendrá que discernir qué es la película y qué es el vodevil.
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Cabaret (1972) de Bob Fosse es el paradigma de film sobre el cual pivotan todas las cintas que recrean este ambiente e historias. Canciones sólidas e irreverentes para satirizar una sociedad en pleno declive hacia el nazismo. "Cabaret", "Willkommen" o "Money, money" son algunas de las joyas más representativas de este musical ya clásico en las mentes colectivas de los espectadores.
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Visita el resto de entregas de esta sección:
-Bandas sonoras directas I
-Bandas sonoras directas II
-Bandas sonoras directas III
-Bandas sonoras directas IV
-Bandas sonoras directas V