Estamos muy acostumbrados a no poner en duda el papel de los personajes según su nacionalidad o condición en un film, es decir, el primero en morir en un largo de terror siempre será el actor de raza negra o hispano; las historias de delincuencia callejera siempre estarán protagonizadas por afroamericanos; los oprimidos en una sociedad capitalista serán las minorías raciales o étnicas, y un largo etcétera. ¿Por qué no se hace una inversión de roles? Como mínimo para observar qué pasaría. Pues hoy os presento dos ejemplos donde esto se ha producido:
-El salario del miedo (1953) de Henri-Georges Clouzot
-Atrapado (1995) de Desmond Nakano

El salario del miedo es un film basado en la novela homónima de Georges Arnaud, donde lo primero que ha primado siempre -a la hora de describir el guión- ha sido la peripecia tremenda sobre la que pivota gran parte del film: unos hombres tienen que
conducir unos camiones cargados de nitroglicerina por unos territorios agrestes si quieren conseguir un salario, el mínimo para poder volver a su país y no quedarse en el sitio donde se encuentran: una república suramericana (no se especifica cuál es; aunque a veces resulta evidente).
Hasta ahí es donde la crítica ha visto la tensión brutal que subyace a este tremendo producto, pero nada se ha hablado del lado social o la inversión de roles que se produce, pues es lo primero que se observa cuando empezamos el metraje: se encuentran unos europeos y norteamericanos vagando sin dinero por un país suramericano; y lo mejor de todo: son explotados por trabajos esclavistas y los foráneos del territorio los insultan y tratan como sabandijas, como ciudadanos de segunda. Cuando vemos este panorama, nos da la sensación que en la cruda realidad es absolutamente al revés. Los norteamericanos y europeos son los que reinan allí donde van y son los suramericanos los sometidos, sea en su territorio o en el nuestro.
Veamos un ejemplo para clarificar mejor lo explicado. Nuestros protagonistas se encuentran vagabundeando en el porche de una tienda de comestibles:
Atrapado la vi hace bastante tiempo y casi por casualidad, y la verdad es que me sorprendió bastante el tratamiento que mencionas, no solemos estar acostumbrados a ello, y me parece una película bastante recomendable.
ResponderEliminar¡Saludos!
Es muy original y curioso el invertir los roles establecidos porque así todo lo vemos desde otro prisma muy sutil.
ResponderEliminarY la verdad es que en este film sólo hay que cambiar los blancos por los negros.
¡Saludos!
Hace tiempo que ando tras "El Salario del Miedo"; tu entrada no hizo sino avivar mi interés. Muy interesante blog, encantado de pasar por aquí.
ResponderEliminarSaludos.
¡Por fin he tenido tiempo para contestar tu comentario Kinezoe! Perdona la demora. Es muy intrigante "El salario del miedo", puesto que en la entrada sólo he incidido en un tema que se trata al principio, pero donde se encuentra la verdadera acción y tensión es en la segunda parte del film. Ahí sí que se nota un sufrimiento de los actores y el público. No explico más, jeejej.
ResponderEliminarEncantado que hayas pasado por aquí.
Saludos.