miércoles, 28 de octubre de 2009

Sexplotation en plastilina I

Parece que los antiguos géneros de los 60 y 70 vuelven con fuerza en el panorama cinematográfico, pero, claro, las intenciones con las que se engendraron son muy distintas de las condiciones sociales en las que vivimos actualmente. Para ello es determinante que se alimenten con ingredientes más suculentos y más acorde con los tiempos que vivimos. Así sucede, o debería ocurrir, en el sexplotation. Si en su época dorada se desafiaba con escenas subidas de tono, ahora no tendría mucho sentido hacer lo mismo, pues hemos superado la barrera del sexo como provocación y deberíamos evolucionar hacia barbaridades extremas hasta límites insospechados. Pero, ¿qué ocurre si enmarcamos toda esta teoría en una práctica inusual como las animaciones generadas a partir de plastilina? Pues que resulta una mezcolanza divertida e imprevisible.
Preparaos para Pussycat (2008) de Takena Nagao, una nueva vuelta de tuerca a la alternativa de los dibujos animados violentos.
Adelante:



Una mezcla sugerente que se debate entre el cuento tradicional y las películas ultraviolentas de los últimos tiempos, donde no queda títere con cabeza. La escena final de artes marciales ornamenta un cuadro al más puro estilo del cine actual.
Habrá más.

viernes, 23 de octubre de 2009

Música y deportivos



Un vídeo más para autoconmemorar otro mes de vida de este espacio y, como era ineludible, no podía faltar uno de los musicales más imperecederos de la historia, pues aunque está ambientado en una época distinta a la del metraje, sigue recogiendo adeptos a millones en edades abismalmente distintas. No importa a qué generación pertenezcas, Grease (1978) de Randal Kleiser, sigue surcando una huella imperecedera en nuestro imaginario colectivo. Algo que denota una cualidad indiscutiblemente buena de un film. "Greased lightning" es una de las muchas canciones que, en el fondo, expresan el espíritu rebelde de una juventud que ansía liberarse de las ataduras sociales para entregarse al amor.
Años 50, rockabillys, deportivos centelleantes, coreografías logradísimas y la nostalgia de una época pletórica que se repite.

jueves, 15 de octubre de 2009

Dobladores en acción

Gracias al comentario de un anónimo he podido recalar en un documental que completa la información de los estratos que se dedican enteramente al cine, desde todas sus vertientes. Éste no es otro que Voces en imágenes (2008) de Alfonso Suárez. Una cinta que pretende explicar todos los recovecos de la invisible tarea del doblaje desde la propia perspectiva de sus protagonistas: las personas que se dedican a ello. Es fructífero conocer las caras de esas voces que pueblan y han poblado todas las películas que hemos visto a lo largo de nuestra vida. También es interesante la retrospectiva que se establece cuando uno de los actores de doblaje explica de manera clara y sucinta toda la historia de esta industria en España.
En el documental despuntan algunos actores tan abrumadores como Graciela Molina, dobladora de Cristina Ricci o Kirsten Dunst, entre otras, quien, en un momento de la cinta, cambia de voz para encarnarse en un niño pequeño: sublime.
Ineludible documental para conocer una profesión que todavía permanece en el anonimato. Aunque como se comenta en la cinta, cuando un actor de doblaje permanece invisible es que el trabajo ha sido satisfactorio; de lo contrario, significaría que la voz ha sobrevolado al personaje.
Cinta que da su opinión sobre la disputa de esta profesión y sus errores en lo comentado en la anterior entrada.
Monstruos invisibles de la industria cinematográfica.
Aquí os presento el documental en cuestión:


domingo, 11 de octubre de 2009

Alegatos a favor del cine (2º parte)

Esta segunda parte de la defensa de la calidad en el cine se va a centrar en algunos aspectos que se trataron en la primera parte y otros que se explican en el documental de ensayo Cineastas en acción (2005) de Carlos Benpar.
Retomando la problemática esencial y crucial de la mutilación de una creación, vamos a echar un vistazo a un vídeo donde Salvador Dalí nos explica una experiencia suya relativa a defender hasta las últimas consecuencias una obra de arte.
Vayamos a ver esta joya:


Que el cine sea una de las artes más modernas y se soporte a partir de aparatos relativamente nuevos no indica que sea usurpado y deturpado por la monstruosa industria (sea cual sea y con los intereses con los que se lucre). No ocurre lo mismo con el resto de artes más clásicas como la escultura, la pintura, la literatura, etc. Por eso es ocurrente que Carlos Benpar relacione las reflexiones de grandes artistas con sus obras y el cine. No es para nada baladí: el cine está tendiendo a ser un arte demasiado infravalorado, aunque no nos lo parezca. Pues de él se pueden ganar más millones que con una sola pintura (que sólo es una, una cinta se puede fabricar en serie).
Pero no sólo de esta mutilación sufre el séptimo arte, sino que, si nos fijamos, en el doblaje también se cometen grandes barbaridades. El hecho de subtitular o no un film es un tema harto dificultoso, pues mientras unos hablan de doblar todas las voces originales -sacando la banda sonora original del film y, por consiguiente, despojándola de una esencia que se perderá para siempre, aparte de perderse la oportunidad de escuchar un actor con su voz real-; otros de subtitular todas las cintas. El tema del subtitulado sólo puede funcionar cuando la persona que está visionando el film entiende con una mínima corrección la lengua originaria del film. Esto es: perdemos una información valiosa leyendo los subtítulos, pues no advertimos la interpretación de los actores o la acción misma que el director se ha esmerado en mostrarnos. Además, existen 2 problemáticas más: las personas que tienen deficiencias visuales para leer letras pequeñas y la invasión en la pantalla de unos letreros. Ésta última causa sería una de las quejas principales de los directores cuando por televisión se emiten anuncios, invadiendo el screener del mismo modo que lo hace un subtítulo.
A pesar de esto, la opción VOSE siempre será preferible para los que puedan leer sin problema y tengan un nivel de inglés aceptable, pues se goza de una de las bazas importantes del cine extranjero, y en especial el norteamericano -el más sufrido por las leyes injustas del mercado y de su gobierno-, pues los actores no sólo se nutren de una actuación solvente, sino que en cuestión de modular la voz nos llevan ventaja.
La cuestión del doblaje produce una ingente cantidad de problemáticas, entre las muchas que podemos relacionar (mal doblaje, deficiente traducción, peor interpretación, anulación de la banda sonora original de la cinta, etc.) hay una que se puede catalogar como la más ruin: ¿cómo se dobla un film donde, en una escena, un intérprete extranjero está traduciendo lo que dice una persona hispanoparlante en España?
En este vídeo que os ofrezco a continuación se muestra un ejemplo parecido, pero todavía más endiabladamente retorcido: las terribles invenciones de la industria del doblaje. Adelante que esto no es una barbaridad cualquiera, pues se trata de la película Fuerte Apache (1948) de John Ford y de cómo se proyectó en España (creo que el problema sigue latente):


Una magnífica historia para ilustrar cómo un error influye en el ideario de las personas y cómo, si nadie lo corrige, puede irse repitiendo sin ningún fin ni filtro. Todo esto sirve para expresar hasta qué punto el séptimo arte nos maravilla, nos cautiva y nos estremece con sus situaciones preciosas o dramáticas. No se puede malversar un producto como éste, como nunca se nos ocurriría cortar cuadros o redibujarlos (como hizo la Iglesia con las pinturas antiguas, vistiendo las figuras desnudas).
Como nota curiosa final apostillaré que en el mercado norteamericano esto es el pan de cada día, hasta el punto que si alguna vez hemos visto American History X (1998) de Tony Kaye, podremos aseverar con total certeza que no hemos visionado la película original. Cuando el director terminó la película, Edward Norton le advirtió que debía cambiar la gran mayoría de las escenas debido a que él requería estar en muchos más planos, tantos que parecía una desfachatez. Como los productores amenazaron con no sacar al mercado el producto, Kaye se vio atado de manos y pies y tuvo que ceder a las extravagantes y absurdas quejas. La película, por lo visto, se aleja mucho de lo que pensó desde un buen momento, y al final el producto fue un alarde de la interpretación y físico de Norton, dejando de lado temas y escenas harto interesantes que se habían preparado. La prepotencia de actores y productores tiró por la borda una película que, aunque nos parezca buena, dista mucho de lo óptima que hubiera sido de respetar la creación de alguien especializado en este campo.
Qué lástima. Cuántas obras de arte nos seguimos perdiendo.

jueves, 8 de octubre de 2009

Sesión de cine: Cineastas en acción

Antes de proseguir con la 2º parte de los Alegatos a favor del cine, creo útil que el lector de Monsruos invisibles pueda visionar el documental sobre el que pivotará la siguiente entrada.


Cineastas en acción (2005) de Carlos Benpar no sólo se adentra en el mundo de las mutilaciones de las cintas originales o de las malas proyecciones, sino que también aboga por el derecho a que aunque el séptimo arte sea muy nuevo tiene que atesorar la dignidad que se merece. Cualquier obra no merece el desprecio que se le está infligiendo. Y esto no se ha de circunscribir a lo que comentamos en la penúltima entrada, sino que también se ha de señalar el mal doblaje o la deturpación de la obra original. No os perdáis los primeros minutos, donde un soberbio Salvador Dalí da lecciones de cómo un autor es dueño de su propia obra con una deliciosa analogía con su creación. Suceso que le ocurrió en Nueva York.
El documental está dividido en 2 partes:

1º fragmento:

Videos tu.tv


2º fragmento:

Videos tu.tv

domingo, 4 de octubre de 2009

Sesión de cine: Cineastas contra magnates

Esta sesión de cine supone la continuación de la entrada Alegatos a favor del cine (1º parte), donde se reflexiona sobre la mutilación de las obras fílmicas apoyándose en el documental de ensayo Cineastas contra magnates (2004) de Carlos Benpar.


Las inquietudes del director despiertan poderosamente la atención del lector al advertir las múltiples atrocidades que sufre el séptimo arte, el más desprotegido, infravalorado y estropeado. Parece que la recaudación que aglomeran las películas signifique que su valor está más que demostrado, pero eso sólo se da en la filmografía barata y comercial, la que está vacua de ideas y donde sólo importa el dinero que se recapta, nunca la calidad artística.
El tráfico con la calidad artística de un film está urdido por un grupo de magnates que conforman los adinerados de las compañías cinematográficas, productoras, cadenas de televisión y hasta los dueños de los cines. Todos irán poniendo su grando de arena para ocultarnos lo que en realidad pensó el director de un film desde el primer momento.
La película está dividida en 2 partes:

1º fragmento:

Videos tu.tv



2º fragmento:

Videos tu.tv