martes, 30 de junio de 2009

Punto muerto

A veces dar más minutos a un cortometraje significa aumentar la intriga del protagonista y del espectador, dotando a la agonía de un punto álgido que sólo se consigue en las historias de terror psicológico. Un hombre dentro de un coche, un móvil y el interior de un maletero pueden ser herramientas más que útiles para urdir una trama agónica.
Punto muerto (2007) de Edgar Lledo intenta sumirnos en un ambiente atenazador a plena luz del día.
Adelante con él:



Una historia ya empezada que necesita ser reconstruida con la única pieza fundamental que nos falta y que se encuentra al final del puzzle. La historia parece moverse dentro de las directrices de los primeros films de los hermanos Cohen (casualidades fatales e irremediables) y la intriga de un film de terror que no muestra todo lo que se intuye. Aunque es un pelín larga hay que admitir que en el terreno amateur de los cortos se pueden recrear grandes historias.

martes, 23 de junio de 2009

Con viento fresco



Otro día 23, fecha señalada para añadir un número musical, como es casi ritual en este blog. Un més más -y en un estío tan prematuro- es, como no, de obligada rememoración la clásica Carmen Miranda con su "Chica Chica Boom Chic". Sus sombreros bodegón amenizaron los años 30 y 40 -en especial- dando un nuevo estilo fresco a los estereotipados musicales hollywoodienses. That night in Rio (1941) de Irving Cummings es la película que encierra esta joya clásica de Samba con toques típicos de galanes norteamericanos (como el hombre del coletazo final del vídeo, que apela a la unión y a la tolerancia con la inmigración y que dista mucho de ser real). Nada como saborear los frutos que dio su carrera, pero sobre todo la iconografía que produjo su estampa, tan curiosa como legendaria. Tal vez sus películas no fueran nada del otro mundo, pero su arrolladora personalidad ha quedado grabada en el ideario de todo el mundo. Viento fresco y bailes afrutados: así se pasa bien un verano.

miércoles, 17 de junio de 2009

Sesión de cine: Pi. Fe en el caos

Seleccionada en este blog como una de las películas que etiqueté como Mathmovie, conforma una historia que pivota su guión sobre la resolución de un problema matemático. Pi. Fe en el caos (1998) de Darren Aronofsky es una película claustrofóbica, atenazante, inquietante y a la vez maravillosa. Un testimonio clásico del tipo de largos Monstruos invisibles.

La historia gira en torno a un matemático que encuentra, en el desplegamiento del número Pi, la fórmula por la que se rige la bolsa, entre otras aplicaciones. Todos los baremos económicos que fluctúan parecen seguir un patrón que desvela nuestro protagonista. A partir de aquí, los grandes empresarios y los judíos empezarán a perseguirle para apropiarse de la piedra filosofal del capitalismo. Se desatará una vorágine de locura entre esta lucha de intereses y la del propio protagonista, aquejado de desórdenes psiquiátricos. Hay que remarcar que el número Pi es irracional (no puede ser expresado como una fracción) y representa la longitud de la circunferencia y la longitud de su diámetro. Su valor es indeterminado: 3,141592653589... La nota curiosa es que el film debería haberse llamado Fi (y no Pi), pues Fi es el número áureo por el que se desarrollan las estructuras fractales. No olvidemos que el protagonista está basado en un personaje real, uno de los científicos más innovadores en este campo.
Adelante con el film:

viernes, 12 de junio de 2009

Bandas sonoras directas V

Otra entrega más de esta sección, donde la banda sonora se nos muestra como una gran protagonista de la historia que se cuenta en el mismo film. Muchas veces oiremos algunas de las canciones y rememoraremos esos instantes del largo que tanto nos sobrecogieron. El poder la imagen hecho música.

El cuervo (1994) de Alex Proyas es una película que tiene mucho de legendario al fallecer en extrañas condiciones su protagonista, Brandon Lee. La avidez con que se intentó suplir las escenas donde nunca más aparecería el actor, el aura que sobrevolaba esos escenarios grises y estas canciones oscuras, pero con ansias de rebeldía, hacen de ésta una banda sonora repleta de joyas como las que ofrecen: The Cure, Stone Temple Pilots, Violent Femmes, entre muchos otros. El héroe oscuro sigue trepando por las escalas de nuestros auriculares.
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Zodiac (2007) de David Fincher es una muestra más de las posibilidades que da un hecho real cruento para convertirlo en algo bañado de un suspense maestro y atenazador. Desde el principio del film ya se apuntan las bases que delimitarán la imagen y el sonido: la carta del asesino recorriendo las oficinas de un periódico al ritmo de "Soul sacrifice" de Santana. Para mí uno de los momentos más logrados. Ineludible la firma también de Miles Davis y John Coltrane, que ambientan la época y la desesperación de la historia.
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Lost in translation (2003) de Sofia Coppola demuestra que no todas las películas de amor han de ser iguales y con los mismos finales. Sutil manera de entender la relación entre un actor esclavizado a grabar anuncios en Japón y una chica atada a un novio que la deja en la habitación de un hotel nipón. Perderse en la traducción del mundo oriental hará sucumbirse a melodías geniales de grupos como The Jesus and Mary Chain y Phoenix, entre otros.
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Visita el resto de entregas de esta sección:
-Bandas sonoras directas I
-Bandas sonoras directas II
-Bandas sonoras directas III
-Bandas sonoras directas IV

lunes, 8 de junio de 2009

La censura en Hollywood

Todos sabemos que Estados Unidos es un terreno lleno de contrastes en todos los ámbitos de la sociedad, política, moral, etc. Por una parte son la grande industria armamentística, los mayores productores de cine porno, los críticos más feroces con su propia idiosincrasia, el país con más muertos por armas, etc ; por otra parte tienen las ideas más puritanas sobre la corrección de las ideas, la forma de pensar, de actuar, mantienen unas leyes que no permiten a dos personas besarse en público, hacen jurar la bandera a los niños en primaria y castigan a los que se la dejan en el jardín un día de lluvia y, sobre todo, califican las películas por su grado de pernicioso en lo que toca al sexo; pero no a la violencia.

Todos hemos visto films donde se clasifican por edades para "proteger a los menores" de ciertos contenidos; pero tenemos luego films para todos los públicos (o para menores acompañados) llenos de acción trepidante, muertes por armas, sangre -la típica película comercial norteamericana-. Ahora, eso sí, en los largos donde aparece una pareja desnuda en la cama manteniendo relaciones sexuales implícitas e insinuantes (no como en el cine porno) se califican como sólo aptas para mayores de edad. ¿Por qué un acto natural que no daña a nadie es censurado y una nación con libertad de portar armas encima permite que se muestren escenas donde se ve lo fácil que es matar a alguien con una arma y con una minuciosidad de detalles? ¿Por qué un acto natural se vuelve "ilegal" y uno "dañino" se delibera como apto y visible para todo el mundo? ¿Quién decide qué se ha de ver y qué nota se le ha de poner?

Todas estas preguntas y más tienen su respuesta en este film: Los censores de Hollywood (2006) de Kirby Dick.



La MPAA es una asociación no vinculada a un organismo gubernamental u oficial, por tanto, establece sus criterios de una forma que puede antojársenos como sospechosa y viciada. Hay que tener en cuenta que esta organización está compuesta por gente de la que no se sabe nada, ni siquiera su identidad. Lo que sí se colige es que siempre una película con la aparición de unos genitales de la empresa FOX no recibirá una clasificación para más de 13. Pero cuando hablamos de un film que no esté sujeto a una gran compañía recibirá el mazo de la puntuación máxima: se perderán millones por ese número.
Jack Valenti fue el director de esta corrupta y extraña asociación que clama por la decencia en el cine; pero no por la responsabilidad de los padres al señalar a sus hijos qué pueden ver. La nueva Inquisición sigue latiendo en el pulso de un país abanderado como libre.
Aquí tenéis una imagen con algunas de las calificaciones que proponen a todos los films que pasan por sus manos (es decir, todos los que van a USA). Estar en las 2 finales significa que el producto no se va a distribuir:

El director de Los censores de Hollywood alcanzará unas cotas de genialidad cuando decida contratar a una detective privada para que desenmascare a los responsables de estas reuniones, donde se deciden demasiadas cosas que en principio no están a su merced.
Atención al vídeo, donde se revuelve en la basura de uno de los desconocidos visionadores y puntuadores de films y se reflexiona sobre la idiosincrasia de la MPAA para decidir sobre algo que no debieran aseverar y enjuiciar.
Aquí hay mucho jugo:



La cuestión sobre clasificar una película como La guerra desde palacio, donde se filma el día a día de unos militares norteamericanos en pleno terreno bélico, es como mínimo irrisorio, pues "no se puede clasificar la verdad" como asevera su director Michael Tucker. Dentro de la verdad deberíamos encajar las cosas naturales y no hirientes como un cuerpo desnudo.
La guinda del film será ver como el director del documental, Kirby Dick, desenmascare a todos los participantes de la MPAA y entregue la cinta a la propia asociación para que la valoren. Esto no tiene precio. Sublime.
Nos perdemos muchos largos por culpa de la decisión de un comité de infames diablos vestidos de ovejitas.
En este corto pero jugoso documental se desmenuza el esqueleto de la industria cinematográfica, más llena de corrupción y perversión de lo que aparentemente pretenden salvarnos.
Nunca las palabras 'censura' y 'dinero' habían estado tan sujetas entre sí.

miércoles, 3 de junio de 2009

Extraños en un metro

La ingeniosa manera de contar una historia que afecta al ser humano y a sus creencias en apenas unos minutos no deja de ser una labor fascinante. Y más, si tenemos en cuenta que todo se desarrolla en un espacio pequeño y sin soltar palabra alguna.
Strangers (2004) de Erez Tadmor y Guy Nattiv cumple estas premisas de sobra. Sencillo pero sutil cortometraje que afecta a los problemas de millones de personas en el mundo.
Adelante con él:



Momentos de tensión que van in crescendo para formular la solución ante la tensión entre judíos y árabes: la humanidad y la solidaridad están por encima de unas creencias que lo único que consiguen es separar de forma absurda a personas, que en realidad son iguales.
Unidos todos contra el enemigo común. Los extraños se vuelven iguales, y al final la religión es un lastre del que hay que desprenderse para vivir en armonía con la ayuda de otro ser humano. Delicioso.