Esta entrada versará sobre 2 films que han sabido dar otra vuelta de tuerca a la idea que se utilizó en El cazador (1978) de Michael Cimino: la ruleta rusa como un juego mortal que se puede ganar siempre.
-Intacto (2001) de Juan Carlos Fresnadillo.
-13 Tzameti (2005) de Géla Babluani.
Intacto (2001) de Juan Carlos Fresnadillo supone un salto cualitativo en el cine español, tanto es así que esta cinta ha despertado tantos vituperios de envidia por parte de la crítica especializada que uno siente que el triunfo está más que logrado: en España se suele machacar lo propio y alabar lo ajeno por sistema. La envidia no es un pecado capital en este país.
Ésta es una de las mejores y más profundas cintas que ha podido gestar la cinematografía hispana. Un guión sólido con muchos vértices e interpretaciones sobre la reflexión de si realmente existe la suerte o se trata todo de una cuestión de azar (la fortuna va y viene, según las circunstancias o según las probabilidades).
La historia, en esencia, pivota sobre la situación de 4 personas, donde su existencia personal gira alrededor de un giro inesperado: un hecho fortuito les ha convertido en seres tocados o desprendidos de la fortuna. Un viejo propietario de un casino juega incansablemente a la ruleta de la fortuna; un hombre se transforma de un ser suertudo a un hombre real desprendido de la fortuna; un joven sufre un accidente de vuelo donde sólo sobrevive él; una mujer policia descubre una red de juego, donde se apuestan vidas y donde hay una inextricable ligazón con su existencia atormentada.
Max von Sydow (el viejo amo del casino), Sam, retoma la idea de El séptimo sello para adentrarse en una vorágine de retos hacia el espectador para preguntarse si realmente podemos desafiar a la muerte con un simple juego de azar. Este personaje empezará el film con una propuesta sugerente: la creencia de que podemos apostar las vidas de la gente, o su fortuna (guardando sus fotografías, como si atraparamos su espíritu), con un juego macabro, que es el giro del tambor de un revólver. Debido a que su fiel compañero, Federico (Eusebio Poncela), decide desprenderse de su trabajo en la casa de juego, Sam decide arrebatarle su "poder". Esto producirá que Federico busque a un nuevo candidato para vencer al máximo poseedor de la suerte: un joven, Tomás, cargado de dinero que sobrevive a un aparatoso accidente aéreo (Leonardo Sbaraglia). Las pruebas a las que se verá sometido para demostrar su valía serán atenazantes.
Un universo mágico de posibles realidades terrenales, donde no podemos distinguir si lo que vemos es posible o es una simple ficción. ¿Casualidad o fortuna? Mágica reflexión para determinar si alguien estaría capacitado a ganar indefinidamente a la ruleta rusa y cómo se puede vencer a alguien que se entrona como el máximo poseedor de la suerte. Gente que arrebata la fortuna y el destino de los demás con unos endiablados juegos de azar: un concepto refrescante y novedoso. Todos los personajes han sobrevivido a una terrible desgracia que los ha convertido en seres casi divinos. ¿Será posible que tengamos mala suerte porque hay gente que nos la arrebata sin saberlo y así no se desestabiliza la armonía planetaria?
Debido a que el film contiene una infinidad de momentos supremos, os dejo con el tráiler, que resume la esencia de la cinta:
Una maravilla del séptimo arte.
El segundo ejemplo viene de la mano de una de las películas más hipnóticas y atrapantes del cine francés más underground y que retoma la idea de Intacto sobre la ruleta rusa.
Film grabado en blanco y negro que narra la peripecia en la que se ve envuelto un chico que se dedica a reparar el tejado de una pareja algo extravagante. Un hombre que si se duerme puede morir y que necesita drogarse para mantenerse despierto; su mujer lo intenta preparar para un encuentro en un lugar desconocido; unos hombres que vigilan la casa de la pareja rebuscando en el buzón; el protagonista proviene de una familia muy modesta que necesita dinero para sobrevivir. Con esta premisa de personajes se gestará una historia que surca en lo más hondo de los límites psicológicos en los que puede aguantar un ser humano.
La apropiación de la carta provocará una vorágine de locura, pues nuestro protagonista se verá sumergido en una desatada demencia, donde en un pequeño submundo bizarro la gente apostará dinero y vidas en el endiablado juego de la ruleta rusa.
Observemos un fragmento genial de esta cinta, donde se empieza el terrorífico azar de los revólveres. La originalidad radica en que no juegan 2 personas a la vez, sino varias puestas en círculo. Nunca encender una bombilla había supuesto tanto pavor:
No es tan fácil emprender una tarea tan dura y en esas condiciones.
La película tiene el aliciente de ensartar elementos que a simple vista no se retienen. Atención a los sonidos que se oyen durante todo el metraje: sirenas, ruido de bicicletas, etc. Sublime.
Por tanto, aquí hemos observado dos ejemplos que han servido para mejorar la anécdota de El cazador. En 13 Tzameti se crea una atmósfera sinuosa de terror psicológico; en Intacto se rompen todos los moldes de trama policíaca, intriga, suspense, etc. Cine reflexivo sobre nuestros más oscuros monstruos invisibles.
La muerte a manos del azar: ¿seríamos capaces de jugar constantemente a la ruleta rusa y no morir? Es posible. Pero, ¿quién se atreve con este reto? Ellos lo han probado.