martes, 29 de abril de 2008

Cortos y asesinos

Un pequeña idea reproducida en un formato como un cortometraje puede dar pie, luego, a una película que explote la misma historia o que la enriquezca con nuevo matices. El problema es que, en muchos casos, el corto queda inadvertido para todo el público, cosa que no se comprende, y difícilmente se puede encontrar la raíz de la historia del film. Cualquiera se puede preguntar (cualquiera que haya visto algún que otro cortometraje) lo siguiente: ¿dónde debe estar ese minifilm que vi hace un montón de años y que era tan bueno? Bueno, la respuesta es que todo lo que se haya hecho antes del año 2000 es prácticamente imposible encontrarlo, ni siquiera en los nuevos formatos que contienen tantos vídeos.
Como hay tantos cortometrajes que no os puedo ofrecer por este motivo, voy a echar mano de todo el material que se ha editado en formato DVD o en páginas web. Hilvanando el tema principal, os voy a poner 2 cortos que tienen un punto en común y un gran elemento distante: los 2 tratan de la crudeza del asesinato y de uno se ha hecho más de una película, mientras que del otro ninguna.
El primero es Saw (2002), corto que propició la gran película del 2004 con el mismo director: James Wan. En este cortometraje está la escena de la drogaadicta que aparece en el film pero protagonizada por un hombre. Saw es un film que se mueve entre dos largometrajes: Cube (1997) y Seven (1995). En el corto no hay esa pretensión, se desarrolla así luego. Cube por la situación de encierro de dos personajes que no saben qué hacen allí (hay trozos de diálogos idénticos) y Seven porque en ésta el asesino actuaba partiendo de los 7 pecados capitales de la Biblia. En el film no se habla de la Biblia, pero las víctimas mueren por sus vicios: drogas, infidelidad, corrupción... Lo bueno del film de Wan es que se recrea con agilidad en lo más macabro de las muertes y, lo mejor, las víctimas tienen la oportunidad de sobrevivir para apreciar mejor la vida que no tienen por mucha estima. O sea, si algo grave en la vida nos ha de pasar para que valoremos mejor lo que tenemos, JigSaw nos lo hará ver con más claridad.
Adelante con el vídeo:



El segundo corto se llama El punto ciego (2005) de Álex Montoya y Raúl Navarro. No es una gran obra maestra, ya que se podría extraer mucho más jugo, pero lo que me pareció mejor fue: el uso de dos situaciones distintas, pero que comparten fotogramas (lo cual es muy original, la pantalla partida: algo que se ha utilizado en la película La soledad (2008)) y un pequeño fotograma donde se entrevé el contenido de una bolsa mientras alguien la escarba. A ver quién la encuentra o no se sobresalta con lo que hay dentro.
El corto puede dar que pensar en qué cometido específico tiene, es un poco críptico.
Adelante con él:

sábado, 26 de abril de 2008

Tormento

Muchas películas que tratan la profunda decadencia psicológica de un personaje están protagonizadas por hombres (en este blog podemos encontrar muchas: Nightmare, El maquinista, Pi: fe en el caos...), y raramente se le deja a las mujeres el rol de una persona que empieza a perder el juicio mezclándolo con imágenes y pensamientos oníricos y surrealistas. Uno, si se lo plantea, difícilmente puede encontrar la razón, porque las veces que se ha recreado este tema han sido más que excelentes.
Pero realmente el tema de esta entrada se va a centrar en cómo 2 películas tan distintas y, a la vez, tan parecidas han utilizado mujeres atormentadas por su propia personalidad, cuando la realidad se difumina con el sueño de la locura. Retomando el título de uno de los caprichos de Goya: "El sueño de la razón produce monstruos", se puede afirmar que los monstruos invisibles que vamos a ver aquí están creados por dos mentes que se encuentran atrapadas en el estado de la locura. Una locura que proyecta en la realidad fenómenos escalofriantes de demencia, donde la estética del film es parecida pero la conclusión de la historia es distinta.
Ahora se aclarará todo mejor pues las dos películas a tratar son:

-El carnaval de las almas (1962) de Herk Harvey.
-Repulsión (1965) de Roman Polanski.


Estos 2 films plasman la decadente caída psicológica que sufre una mujer atormentada por visiones dementes y realidades que están por encima de lo terrenal.
Repulsión es la obra que dio a conocer el nombre del director al extranjero, es una gran obra maestra. Un atrevido y controvertido salto al abismo hacia las oscuras profundidades de la depresión y la psicopatía, donde se expresa de forma magistral la oscuridad de una mente que va denigrando progresivamente a un estado de catársis absoluto. Catherine Denueve demuestra que la interpretación puede ser llevada a unas cotas absolutamente de magisterio interpretando a Carole. Ésta es una mujer que trabaja en un salón de belleza haciendo manicuras. Un buen día, de repente aunque sutilmente dosificado, su mundo empieza a deteriorarse poco a poco: la depresión, luego la deseperación y al final una arrebatadora locura empezarán a invadir el piso que comparte con su hermana mayor Helen. La repulsión a todo lo ajeno y a todo lo propio empieza a invadir primero su mente y luego su alrededor.
El film empezará con un simple detonante, la protagonista empieza a sentir desidia por su trabajo y empieza a no prestar atención a nada de lo que le rodea. De ahí pasará a sentir asco con la comida y con su pretendiente. La problemática se irá trasladando a toda la sociedad (misantropía) e irá alejándose del mundo exterior encerrándose en su piso. A partir de aquí empezarán las quimeras de la mente atormentada: una visión de alguien merodeando por su piso que va invadiendo su espacio. Se irá creando una bien medida vorágine de locura.
Vayamos a ver un fragmento atenazante:



La imágen de las manos saliendo de las paredes se irá acrecentando cada vez más cuando Carole vaya perdiendo más y más el juicio: las garras oscuras de la locura la van atrayendo a su terreno.
La fuerza de las imágenes está tremendamente bien conseguido. La protagonista empieza a dejarse ropa por la casa, luego deja de limpiar los platos sucios, el conejo que tenía que comerse con su hermana empieza a pudrirse (metáfora del personaje y su psicología)... Esto provocará la aparición de las manos y el progresivo resquebrajado de las paredes de la casa.
En este trozo veremos cómo su pretendiente va a visitarla, pues no sabe nada de ella y ha dejado el trabajo y cualquier contacto con el exteriror. La respuesta de la protagonista no puede ser más contundente.



La psicopatía de su mente empieza a minar su realidad. Fijaros en cómo al final del vídeo parece absorta en otras cosas como si nada hubiera sucedido.
La música se encuentra totalmente acorde con las imágenes y la pulsión de la demencia de Carole, tanto es así, que incluso el teléfono tendrá un timbrado especial. Esta introspección de una mujer la volvió a retomar Polanski de forma distinta en La semilla del diablo (1968).
La violación metafórica que sufre la protagonista de Repulsión empieza a cobrar vida en forma del casero que, viendo que no recibe los pagos del alquiler, decide sobrepasarse. A partir de aquí el sillón tendrá unas proporciones simbólicas muy interesantes.
Veamos ese fragmento:



Los tics nerviosos en la cara de Denueve irán aumentando y demostrando su denigración al terror de la repulsión y rechazo hacia todo y hacia sí misma.
La casa se irá rompiendo como un castillo de naipes a sus ojos pero irá ocultando la espeluznante realidad que ha cometido en su piso.
Un detalle curioso: a Carole cuando le preguntan qué le pasa es incapaz de decir qué siente realmente, o sea, no sabemos con exactitud con palabras suyas el origen de todo el mal que le sobreviene, aunque podemos especular sobre ellos por los efectos secundarios que provoca en su ser.
Esta es una obra maestra del cine que no deja indiferente a nadie por su grado de intensidad trágica y dramática a partir de unos elementos sencillos pero efectivos. La entrada a una mente absolutamente perturbada.
Os dejo como guinda el tráiler de la película, que considero un trabajo muy bien hecho, para expresar lo que he tratado antes. Un perfecto epílogo al comentario:



La segunda película que trato va muy hilada a Repulsión por la temática, por el tempo pausado y por la estética de una mujer que sufre un terrible tormento. Carnival of souls es un film muy conocido y popular en los Estados Unidos que se proyecta todos los días de Halloween y se considera como un clásico del cine de terror. Y no es para menos. A diferencia del film de Polanski, ésta contiene un final absolutamente inquietante que nos hace plantear cuántas películas actuales han retomado el mismo para sus historias.


El horror de la película va acompañado de la realidad de la actriz protagonista y su relación con el mundo del cine. Una experiencia desastrosa para Candance Hilligoss, quien no vio en este largometraje lo que esperaba encontrarse. El guión le pareció malo, no podía creerse que tuviera éxito y no se tomó muy en serio la interpretación (según sus palabras). Una interesante retrospectiva de la situación de Candance y su relación con el mundo del cine la encontraréis en la página del amigo Boyzen: Xtarlings, quien me hizo descubrir esta película y donde se explican las andanzas de la reina del grito.

El carnaval de las almas trata también el progresivo adentramiento a las más oscuras profundidades de la locura barnizado de subrealidades autónomas a las de la protagonista. Imágenes de monstruos invisibles de su mente van recreándose en su realidad invadiendo el piso (aquí también) donde vive: una extraña y bizarra figura de un hombre va persiguiendo a la protagonista allá donde va. En este film se explica la extraña vida que lleva Mary Henry siendo una organista de iglesias. El destino querrá que un terrible accidente automovilístico cambie radicalmente su devenir, transformando su vida en más una horrorosa pesadilla que en una inquietante realidad.
El detonante de todo será este fragmento, que es el principio de la película:



La misantropía de Mary es un punto común con el personaje de Carole en Repulsión, recordemos que El carnaval de las almas se estrenó 3 años antes. El odio hacia todos los demás se balancea con la bipolarización de su conducta: se muestra a ratos agradable y necesitada de calor humano y a ratos desquiciada por todo lo que le rodea.
Carole decidirá cambiar de ciudad para continuar su vida y llegará a un pueblo para ejercer su profesión en una modesta iglesia. A partir de aquí empezará el trayecto demente hacia su propia destrucción mental.
Cuando uno ve este film tiende a quedarse con la superficie de lo mostrado, pero no con lo sugerido o lo más interno. El título no es baladí, nos está diciendo en qué consiste la vida de Mary a partir de una tragedia en coche. Tanto es así, que en las imágenes más recurrentes se utiliza el automóvil como un instrumento para hacer volver de un viaje el alma de la protagonista. Muchas sutiliezas encierra este film que no se vislumbran a primera vista. El ejercicio de comprensión de por qué después de un accidente el personaje de Candance empieza a sentir una fijación por unos elementos concretos es muy sugerente. Tanto que creo que aquí radica la genialidad de la cinta.
Veamos los fantasmas que pululan por los viajes a otras realidades de Mary. Aquí ha ido a reparar su coche, lo que viene es la derrota ante la locura:



Mary está encerrada en su propio tormento personal, pero que, como he dicho, se va más allá. Hay un giro inesperado que hacen de este film un punto de vista distinto de la demencia de una mujer.
Os dejo con el tráiler coloreado del film, también es una joya que sintetiza el ambiente tétrico de El carnaval de las almas:



Distinta pero a la vez tan cercana es la visión de 2 mujeres, Carole y Mary, en un viaje a lo más tenebroso de la mente. Puntos en común y de inflexión determinan dos historias marcadas por el imbricado e intenso mundo del pensamiento atacado por la más intensa locura.

viernes, 25 de abril de 2008

Mañana...

... os ofreceré la entrada:

Tormento


miércoles, 23 de abril de 2008

Continuando



Os presento el mejor número musical que he visto en mi vida: "Putting on the Ritz" de la película Blue skies (1946), en castellano Cielo azul, de Sol C. Siegel. Está protagonizada, como podéis ver, por el mejor bailarín de todos los tiempos, Fred Astaire (1899-1987).
Como regalo a todos los que visitáis este blog os dejo un archivo con las 4 mejores versiones musicales de "Putting on the Ritz". Esta es una canción escrita en 1929 por Irving Berlin para el musical homónimo y que fue muy popularizada y versionada en la época. Entre las muchas versiones se encuentran: Clark Gable en Idiot´s delight en 1639 y en El joven Frankenstein de Mel Brooks en 1974. Las dos versionadas cómicamente.
Os dejo las canciones en descarga directa:

Descarga aquí "Puttin´ on the Ritz"



¿Y por qué este vídeo de Fred Astaire? Pues es la joya que tenía escondida durante mucho tiempo para celebrar los 2 meses de vida de este blog. La cosa cada vez va continuando y quiero dar mis más humildes agradacimientos a todos los que habéis pasado por aquí, aunque no hayáis escrito nada. Pero en especial la gente que me da ánimos para continuar escribiendo:
-Gerard (Vududoll). Las charlas con cervezas sí tienen sentido, se puede sacar provecho de ello. Tienes la web con el look más guapo de la red.¡Quiero más entradas en tu web! Las últimas tendencias de webs están en tu sitio.
-Yatebale (Xeta2). Eres la visitante número 1, pues no te pierdes ni una entrada. Leo mucha información de cine bueno en tu web. No creo que alguien sepa más de Christian Bale que tú.
-Boyzen (Xtarlings). Para mí tu blog es un modelo a seguir en contenidos, en trabajo, en estética... No pararía, llevo mucho tiempo siguiendo Xtarlings, para mí es como un canal nuevo de información. Prestas mucha ayuda a los que te leemos y eso se agradece.
-Giskard Reventlow (Ladillas venenosas). Con las frases que he dejado en comentarios de tu blog y no continuas con tu batalla personal contra el mundo. ¡Pon más entradas!. Eres la voz que escupe en las tumbas de todo el mundo (esto se supone que es un piropo, de verdad).
-Gis (Caminante). Qué suerte que hayas vuelto a la blogósfera (no puedo creer que esta palabra exista) pues te he leído en "yo no he sido" y te he escrito en el "obituario". El viaje del alma a través de las palabras promete.

Gracias a todos los que habéis pasado por aquí.

lunes, 21 de abril de 2008

Five came back

Retomando la idea de escarbar en el cine clásico para escoger las pequeñas joyas escondidas en el fondo de películas injustamente olvidadas pero que, en su momento, supusieron una forma de entender el cine distinta a lo ya establecido y normalizado, nos encontramos con la enigmática e inquietante: Volvieron cinco (1939) de John Farrow. Este es otro film del que se debe subrayar que es un referente, aunque poca gente la ha mencionado, o como mínimo es el detonante de muchos de los largometrajes que vemos en la actualidad. Aquí se utilizarán tramas y elementos muy sutiles con una gran carga de conflictos psicológicos entre los personajes, los cuales se verán en una terrible determinación vital.
En un viaje en avión hacia Panamá se encuentran como pasajeros: un niño y un amigo de su padre que debe cuidarlo (el padre es un gángster), una "femme fatale" que parece esconder una personalidad oscura, una pareja que quieren casarse para que él pueda seguir siendo famoso como actor, un matrimonio mayor donde el marido es catedrático de botánica y un sabueso que tiene enmanillado a un anarquista que ha cometido unos crímenes y que lo envían a otro país para ahorcarlo. Con ellos irán el piloto y los ayudantes. 12 personas en un avión. Y recordad lo que dice el título: volvieron cinco. ¿Qué ocurre para que sólo 5 vuelvan del viaje y, por tanto, 7 no lo hagan? Aquí reside el magnífico planteamiento de la cinta.
Una vez los 12 pasajeros han subido al avión para empezar el largo viaje, algo desatroso sucede:


Este hecho que acabamos de ver ha sido retomado infinidad de veces por el cine actual: unas personas tienen un accidente de avión y las probabilidades de sobrevivir son muy pequeñas por diversas razones. A partir de aquí los pilotos deberán reconstruir el avión para poder salir de la jungla donde están adentrados, pues en ella hay una tribu de caníbales que se esconderán para aniquilarlos cuando menos se lo esperen. Esto creará, junto con el conflicto de personas tan distintas en una situación límite, una problemática que se deberá resolver en menos de 2 semanas. A partir de aquí la película, originalmente se narrará a partir de un diario de uno de los pasajeros, que irá escribiendo los progresos del proyecto y el poco tiempo que les queda para sobrevivir.
Mucho se parece la reconstrucción del avión en The flight of the Phoenix (1965) de Robert Aldrich basada en la novela de 1964 de Elleston Trevor, la cual se hizo una versión moderna con el mismo título en el 2005 por John Moore, es decir, El vuelo del Fénix. En ésta estaban en un desierto acosados por las tribus y tenían que reconstruir el avión, en Volvieron cinco están en la jungla. Muchos proyectos veo que se han basado en la película que trato hoy. El guión de Five came back estuvo a cargo de: Jerome Candy, Richard Carroll, Dalton Trumbo y Nathanel West. ¿Sabían ellos que luego se reelaboró o copió su historia en otros films?
El film adoptará un giro inesperado cuando el asesino se adueña de la única pistola que hay y decide quién volverá a casa y quién no; sólo 5 pueden hacerlo, pues el avión ha sido reconstruido pero con limitaciones de espacio y peso para que funcione mínimamente bien y poder escapar de los caníbales. La obligada convivencia de personas con intereses distintos creará unos conflictos muy interesantes. Dilemas y tensiones que traslucen los deseos más bajos del ser humano en condiciones de riesgo.
John Farrow rodó una especie de remake de su propia película al cabo de 17 años, llamándola Back from eternity (1956). Tal vez una innecesaria revisión de lo que ya hizo en su momento, pues la original está plagada de buenos y conocidos actores de la época, aunque se encasillara dentro de los films de série B de la productora RKO.
Este es un largometraje muy intrigante que denota el riesgo con el que algunos directores se proponían, en los años 30, hacer un cine distinto.
Por tanto, estamos ante una película olvidada pero harto revisada por muchos cineastas a lo largo de la historia.

sábado, 19 de abril de 2008

Casa tomada

Muchos films se basan en libros o cuentos para recrear luego tramas a veces más sustanciosas, a veces infames y desastrosas. El problema es conocer y comprender realmente la historia que tienes entre las manos para que no se te escape y el resultado sea muy distinto o incongruente. Pero, tal vez, la gran problemática reside cuando uno ve un film y dice: "Yo esto lo he visto antes". Tal vez el guión sea una variación o repetición de algo ya hecho o, como en los casos que voy a tratar, se parte de una historia ya escrita pero no se dice. En los créditos de las películas suele salir quién dirige, quién interpreta, quién ha escrito el guión y, si es una adaptación (ya sea libre o rigurosa) de un libro, quién lo escribió y el título de la obra en cuestión.
Muy fácil era escoger al escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984) para hacer un buen guión, pues es el gran maestro de la narración corta.

"Casa tomada" es el primer cuento que abre el libro Bestiario y es una muestra sugerente sobre cómo se puede desgranar de un hecho tan simple y kafkiano una infinita variedad de variantes de temas. De hecho, se ha dicho que la narración contenía un significado político inherente y otras temáticas aún más distintas: Adán y Eva y la expulsión del paraíso ... Se pueden tomar muchísimas opciones, de ahí la genialidad y maestría del cuento.
En la entrada de ayer lo tenéis en este mismo blog publicado y aquí tenéis el cuento para que lo podáis tener y leer cuando y donde queráis. Lo he colgado en descarga directa:


Las dos películas que voy a tratar y que no nos dicen que se basan en el relato breve de Cortázar son:
-El habitante incierto (2005) de Guillem Morales.
-Ils (2006) de David Moreau y Xavier Palud.

Lo curioso es que el guión lo escribieron los mismos directores pero lo peor es que lo mejor de estos films es que la anécdota es la materia prima del cuento del argentino.
El relato de Cortázar trata, esencialmente, sobre dos hermanos que viven todavía en la gran casa en la que crecieron. Sin pareja y con una vida anodina y aburrida ven pasar los días sin detenerse a pensar en algo más allá de lo que tienen en su microcosmos: su casa.
De repente, un día, algo extraño e inusual sucede en su espacio: alguien ha entrado en su casa.
El miedo a lo desconocido les provoca que vayan alejándose del monstruo invisible que está contaminando su espacio; sólo lo oyen moverse, no lo ven, pues a cada habitación que va alcanzando cada día, ellos van cerrando las puertas detrás suyo. Esto provocará que esta situación kafkiana (asumir una situación incongruente y no rebelarse, sólo aceptarla) se vuelva en contra suya, pues irán cediendo espacio al desconocido invasor hasta que acaben viviendo en un pequeño cuarto y terminen dejando la casa y tirando las llaves por una cloaca. Un detalle: ¿y el reloj? ¿por qué se lo quedan? Es lo único que se quedan. Ahí lo dejo.
Este increíble relato que bebe de las fuentes de Kafka y del absurdo, pero con un tema que puede hacer que interpretemos el significado de mil maneras, es un fruto demasiado rico para un guionista. Daros cuenta que mientras la acción del invasor avanza los dos protagonistas siguen inertes en quehaceres ociosos del hogar.
De este relato se hicieron dos adaptaciones (éstas sí decían que se basaban en Cortázar):
-Sinfín (1986) de Cristian Pauls.
-House taken over (1997) de Liz Hughes (cortometraje).

Por Internet se puden encontrar muchísimos cortometrajes sobre "Casa tomada", normalmente todos hechos de forma amateur, el resultado suele ser muy irregular y muy parecido a la vez. Pero vayamos a lo que nos interesa.
El habitante incierto es una película que desde el principio vemos que se apoya en el relato de Cortázar. La cámara sobrevuela los planos de la casa y se produce la misma situación que en el cuento, salvo por las originalidades que ha aportado el guionista para enriquecer a su manera el film. De hecho el punto de salida reside en cambiar al hermano y a la hermana por una pareja. Aquí tenemos, por tanto, a una pareja que deciden separarse y él, el arquitecto Félix, se queda solo en su casa con sus fantasmas interiores. Un día decide dejar entrar a su casa a un extraño para que llame por teléfono y aquí es cuando el protagonista vivirá intrigado en que esa persona todavía está en su casa. Lo mejor de la película reside en que está dividida en 2 partes: la del invadido y la del invasor. Sugerente planteamiento. Para anotar algo en contra, aparte de no decir que se adapta libremente o no tanto en el cuento, la película podría dar incluso más de sí. Sobretodo en la parte final que culmina la historia. De todos modos es una película inusual en el panorama cinematográfico español. La protagonista, Mónica López, recibió el premio como mejor actriz en el festival de Sitges.

Ils es una excelente película, buena por su atmósfera y su terror intenso pero, por el contrario, muy criticada, y lo es por varias razones: tiene un principio pésimo y dice que se basa en hechos reales. Esto último debería ser una buena razón para verla, pero no es realmente cierto que así lo fuera, pues se nos muestran detalles que nadie podría saber, o sea, el director ha inventado partes y, sinceramente, creo que se ha recreado la realidad. Cuando la miréis sabréis a lo que me refiero. De todos modos, a mí me parece acertadísima la plasmación del miedo de los protagonistas y el golpe final: ¿quién o qué se esconde en la casa?. Y en el final es donde casa perfectamente el hecho de que se base en una realidad y la ficción. Esta es una cinta que ha sido muy vilipendiada por su oscuridad, pero es que así lo requiere el film, pues se dota de una opresión que pocos directores saben hacer, o lo hacen con demasiados artilugios o efectos especiales, aquí todo es natural. La sensación de miedo es aquí un logro indispensable, muy bien encontrado.
La historia trata de una profesora, Clémentine, que decide con su marido, que es escritor, irse a vivir a Bucarest, pero en una casa apartada de todo (hay un poco de tópico aquí). Un día unos desconocidos invaden progresivamente su casa y los protagonistas van cediendo hasta que deciden contraatacar o, simplemente, escapar, pues no se traslucen buenas intenciones en los invasores. Aquí empezará una vorágine de locura y terror real, no impostado ni sobreactuado, que arrastrarán al espectador a las altas cotas del miedo. Muy recomendable para quien quiera saborear las diferentes vías de transmitir terror en un film.
El principio del film, como he dicho antes, no es nada acertado, pues no tiene nada que ver con el resto. Se recrea una situación que se ha repetido en centenares de películas baratas de este género, y es algo injusto, porque lo que viene luego es mucho mejor. Una madre y su hija tienen una avería en la carretera y algo las ataca y las asesina. No es una buena introducción, pues a priori parece un film tópico y típico.
Para mí es una más que excelente cinta de terror y para quien no la haya visto os dejo el tráiler que se emitió antes del estreno:



Por tanto, hemos visto 2 películas que se apoyan sobre el texto de Cortázar pero barnizándolo de terror, algo que los dos protagonistas del cuento prácticamente no sienten, sólo el lector. Además han añadido algunos elementos para adecuar el texto a sus necesidades, aunque no lo digan ni lo reconozcan.

viernes, 18 de abril de 2008

Casa tomada (introducción)

Os voy a presentar el tema en el que se va a basar la próxima entrada que se publicará mañana. El uso del cuento "Casa tomada" de Julio Cortázar (1914-1984) en films que no dicen que se han basado en él.
Para ello primero os presento el cuento en cuestión para que podáis leerlo y así entender mejor el contexto. En el próximo post os lo daré en descarga directa para que podáis guardarlo y leerlo las veces que queráis.
Aquí lo tenéis:

"Casa tomada"

Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos a mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé por qué tejía tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era así, tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.
Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda de alcanfor lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercería; no tuve valor de preguntarle a Irene qué pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba la plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.

Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte mas retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y más allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y el baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble cómo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos.


Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurrió poner al fuego la pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venia impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la puerta. Me tiré contra la puerta antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para más seguridad.
Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:
—Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado la parte del fondo.
Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados.
—¿Estás seguro?
Asentí.
—Entonces —dijo recogiendo las agujas— tendremos que vivir en este lado.
Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tardó un rato en reanudar su labor. Me acuerdo que tejía un chaleco gris; a mí me gustaba ese chaleco.


Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene extrañaba unas carpetas, un par de pantuflas que tanto la abrigaban en invierno. Yo sentía mi pipa de enebro y creo que Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza.
—No está aquí.
Y era una cosa más de todo lo que habíamos perdido al otro lado de la casa.
Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aun levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, no daban las once y ya estábamos de brazos cruzados. Irene se acostumbró a ir conmigo a la cocina y ayudarme a preparar el almuerzo. Lo pensamos bien, y se decidió esto: mientras yo preparaba el almuerzo, Irene cocinaría platos para comer fríos de noche. Nos alegramos porque siempre resultaba molesto tener que abandonar los dormitorios al atardecer y ponerse a cocinar. Ahora nos bastaba con la mesa en el dormitorio de Irene y las fuentes de comida fiambre.
Irene estaba contenta porque le quedaba más tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a mi hermana me puse a revisar la colección de estampillas de papá, y eso me sirvió para matar el tiempo. Nos divertíamos mucho, cada uno en sus cosas, casi siempre reunidos en el dormitorio de Irene que era más cómodo. A veces Irene decía:
—Fijate este punto que se me ha ocurrido. ¿No da un dibujo de trébol?
Un rato después era yo el que le ponía ante los ojos un cuadradito de papel para que viese el mérito de algún sello de Eupen y Malmédy. Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.


(Cuando Irene soñaba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sueños y no de la garganta. Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones que a veces hacían caer el cobertor. Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios.
Aparte de eso todo estaba callado en la casa. De día eran los rumores domésticos, el roce metálico de las agujas de tejer, un crujido al pasar las hojas del álbum filatélico. La puerta de roble, creo haberlo dicho, era maciza. En la cocina y el baño, que quedaban tocando la parte tomada, nos poníamos a hablar en voz más alta o Irene cantaba canciones de cuna. En una cocina hay demasiados ruidos de loza y vidrios para que otros sonidos irrumpan en ella. Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta pisábamos más despacio para no molestarnos. Yo creo que era por eso que de noche, cuando Irene empezaba a soñar en alta voz, me desvelaba en seguida.)
Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias. De noche siento sed, y antes de acostarnos le dije a Irene que iba hasta la cocina a servirme un vaso de agua. Desde la puerta del dormitorio (ella tejía) oí ruido en la cocina; tal vez en la cocina o tal vez en el baño porque el codo del pasillo apagaba el sonido. A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el baño, o en el pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro.
No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos hacia atrás. Los ruidos se oían más fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada.
—Han tomado esta parte —dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo.
—¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? —le pregunté inútilmente.
—No, nada.
Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.
Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.

miércoles, 16 de abril de 2008

Matando cabos

Las comedias en general tienden a manir demasiado unos temas ya gastados y utilizarlos tanto que los secan y mueren. Tanto es así que de una típica comedia norteamericana se podría hacer una sinopsis en pocas palabras y valdría para todo el resto de films al uso. Vimos Clerks como una bocanada de aire fresco y originalidad en la forma de narrar, utilizar temas de conversación y ensamblar pequeños gags dentro de la vida de Dante y Randal, dos personas normales y corrientes que viven hilarantes experiencias en un solo día. Aquí veremos otra cinta de culto que explica la tremanda historia de dos personas anodinas que viven unos sucesos magníficos en una sola noche: Matando cabos (2004) de Alejandro Lozano.
Excepcional largometraje mejicano de obligada visión que crea una estructura narrativa de flashbacks con diferentes situaciones y narradores. Cada personaje tiene una historia muy interesante detrás, no son planos y llegan a convertirse en iconos muy entrañables. Así como en Clerks veíamos a el "bola de nieve", Jay y Bob el silencioso y el vendedor de chicles (por poner algunos ejemplos), aquí se nos mostrarán más personajes pero con un pasado relatado. Sabremos por qué a alguien lo llaman de una manera y cuál es su oscuro pasado, mezclando el relato con imágenes, a veces sin ninguna relación con la historia principal de los protagonistas.
Por poner algún ejemplo, antes de explicar la historia y sus situaciones, vayamos a ver tres personajes que nos quedarán grabados en la memoria.
Primero el del bizco, fijaros como a partir de un encontronazo se crea una introspección del personaje a su lastimoso pasado:



El segundo y más emblemático es, el exluchador, el "Mascarita". Personaje que ayudará a los dos protagonistas a hacer frente a todas las absurdas adversidades a las que se enfrentarán. Un trasfondo muy sugerente esconde esta persona que crea peleas si alguien lo llama con el apodo con el que fue antaño conocido. Cada personaje tiene un mundo y una historia propios y, lo mejor, es que en este film se nos muestra, algo que tampoco se hace mucho en el cine (en la película Ciudad de Dios (2002) se recrea de una forma magistral y, por supuesto, en la série Perdidos).
Vayamos a conocer a el "Mascarita":



Tremendo pasado el de esta persona, se podría hacer otra película sólo con él. El falso documental sería, como se hace en la actualidad con celebridades de las que ya no se sabe nada, la disección de un hombre que antes fue famoso y luego se ha visto atrapado por miles de circunstancias que lo han convetido en alguien detestable o desgraciado. Se relata lo más magnífico y se contrasta con lo más oscuro de su personalidad: el famoso ahogado por su fama.
Otro ineludible testimonio es el del surrealista vecino que tiene un pájaro que sólo "grita" cuando el vecino llega a casa, nunca cuando se va.
Adelante con él:



Como podéis comprobar el film pivota sobre la estética de Quentin Tarantino en Pulp fiction y en algún detalle (el vecino sacando las armas) en El mariachi (1992) de Rober Rodríguez. Se basa en Tarantino por la forma y de qué hablan los personajes, la narración deconstruida, la acción y algunos otros elementos sacados de la filmografía del estadounidense (Reservoir dogs y Abierto hasta el amanecer).
No era necesario sustentarse tanto en ello, aunque se crea una burla clarísima hacia ese tipo de cine, pues el guión del largometraje da para mucho. Aunque los guiños son muy acertados. Está todo excepcionalemnte creado para decir que en lo que se basan es en lo que se burlan. Pero en otros momentos se nota demasiado que creen necesitar las típicas muletillas tarantinianas.
La película se desarrollará a partir de una simple equivocación de un personaje que provocará una série de catástroficos desastres a toda una série de personas que sufrirán los daños colaterales. Tanto es así que cada vez el pequeño mal irá arrastrando a más y más personas, ramificándose hasta explotar: el efecto dominó. La galería de identidades que aparecen ofrecerán un crisol de situaciones rebosantes de humor negro, pero donde cuando alguien recibe una paliza no se levanta como si nada.
Voy a proceder a enseñaros el trasfondo del problema más grande: el malhumor de Óscar y sus devaneos con la gente normal y corriente, el cocinero chino.



La escena siguiente a ésta es la que será el detonante de la historia, o sea, unos hombres quieren raptar al "gángster" Óscar y se confunden de persona. Pero, ¿qué persona será ésa a la que han confundido? Ahí está la gracia.
Vamos a verlo:



Aquí retoma la narración Óscar y hará una introspección sobre sus razones (totalmente subjetivas y diferentes a las que se ven a ojos de otro) para estar en ese estado.
Bueno, y esto es sólo el principio de la película, lo que viene luego son unas peripecias increíbles, piruetas geniales del guión que hacen de este film uno de los valores más grandes de la comedia.

lunes, 14 de abril de 2008

Nightmare

Noche de pesadilla (1956) de Maxwell Shane es un film que, actualmente, poca gente conoce o, alguno, recuerda. Relegada al olvido, desgraciadamente, nos da a conocer que muchas de las películas que vemos del cine actual utilizan elementos que aquí ya se usaban y de la misma forma en que ahora nos sorprenden. En un acto de querer redescubrir joyas del cine clásico, para poder comprobar que algunas ya inventaron o reutilizaron temas que ahora nos parecen novedosos, os muestro esta obra basada en el libro de William Irish.
Este largometraje bandea su historia tratando elementos que van de la imposible separación del sueño y la realidad hasta el surrealismo y el mundo de los detectives. Noche de pesadilla acaba creando una vorágine de confusión y ansiedad que arrastran al espectador a no poder entender la incógnita del genial dilema del protagonista hasta que no se aclara en qué tipo de realidad estamos inmiscuidos. La imposibilidad de poder discernir si lo que hemos soñado es cierto crea una interesante pregunta: ¿lo que has soñado ha pasado, pasará o no ha ocurrido nunca? La lucha interna de Stan Grayson (Kevin McCarthy) parte de tener una pesadilla y creer firmemente que lo que ha vislumbrado en las sombras es real. Una cinta donde la música y el ambiente dotan de un poder hipnótico a la trama, donde podría ser que todo fuera mentira o una horrible realidad.
En el film podemos ver a un clásico actor de la filmografía de Fritz Lang y de otras obras del cine de la época: Edward G. Robinson. Este actor que casi siempre se le brindaban papeles de hombre engañado por una lujuriosa, atractiva y malvada mujer (véase: La mujer del cuadro (1944) o Perversidad (1945)) aquí es un policia que se encuentra en el irresoluble dilema de delatar al hermano de su mujer de un crimen que ni siquiera sabe si ha ocurrido con absoluta certeza.
No estar seguros de en qué terreno estamos pisando o, por el contrario, si realmente estamos vivos, o sea, la realidad del sueño, crean un fantasmagórico juego de penumbras al protagonista, que llega a ver rostros que no reconoce en caras conocidas (truco ya gastado en el cine actual).
Empecemos a ver el principio atenazador del film:



Imágenes surrealistas que en un film actual serían del todo habituales pero que, siendo una película de los años 50, eran los primeros intentos de dotar al sueño y a sus pesadillas una plasticidad más grande.
Es una película que debido a todos estos elementos crea un engaño al espectador, pues uno no sabe cuando la ve a qué tipo de género pertenece.
A partir de las imágenes que hemos visto se creará la original situación de un hipotético asesino intentando resolver su propio crimen. El protagonista vivirá turbado con recuerdos extraños, sueños perturbadores y crímenes y personajes que existen en la realidad pero que él nunca ha visto.
Veremos todo esto acompañado de música jazz en estado puro, con canciones realmente buenas que ambientan el estilo de vida de Grayson, pues él es músico.
Las ráfagas de pequeños recuerdos lo llevarán a una extraña casa donde se ha cometido un crimen y donde él conocerá hasta el último vértice de ese lugar que nunca ha pisado, sólo lo ha soñado. Se intentará crear un ajustamiento de la realidad y lo onírico o, ¿una mezcla? Bueno eso os lo dejo a vosotros para cuando veais la película, pues es necesario que sea ambiguo, de lo contrario os chafaría el final.
Podríamos denominar a este film como uno de los muchos precedentes de la série The Twilight Zone, obra de culto de Rod Serling (años 50 y 60) y una gran variedad de guionistas que no es que inventaran la ciencia ficción o el mundo paralelo al nuestro o el surrealismo mágico de nuestra subrealidad, sino que lo recreron de forma magistral.

viernes, 11 de abril de 2008

Memento mori II

Como dije en la entrada del blog "Memento mori" esta expresión significa: "recuerda que eres mortal, que algún día vas a morir". Esta sentencia latina se utilizaba para demostrar la limitación e imperfección del ser humano contra la figura de un Dios. Los viajes en el tiempo no dejan de ser una lucha eterna contra nuestro inevitable destino, por ello esta sección se ha ocupado de echar una ojeada al trato de este tema en diferentes films. Pero los que mejor lo han hecho.
En esta entrada voy a hablar de dos tratamientos distintos pero relacionados, a la vez que sublimes:

-5 días para morir (2004) de Michael W. Watkins.
-The jacket (2005) de John Maybury.

El problema de algunas películas sobre traslados por el tiempo es que se obcecaban en ocuparse de la máquina o el mecanismo que se debía utilizar y, aquí, es donde la gran mayoría quedaban aplastadas por la incongruencia del trato de las leyes físicas. La ciencia se rebelaba contra ellas y sólo las más originales se salvaban.
En 5 días para morir realmente no importa si se ha hecho un viaje o no, lo que interesa es: ¿qué efectos tendría que nos diéramos cuenta que alguien del futuro nos avisa de algo en nuestro presente?, es más, ¿estamos realmente viviendo el presente, o somos parte del pasado de un futuro remoto? Bueno, estas complicadas preguntas se aclaran en esta película larga o mini-série para TV.
El protagonista, J.T. Neumeyer (Timothy Hutton), descubre el día del cumpleaños de su hija un maletín extraño detrás de la lápida de su mujer fallecida. Este objeto contiene fichas policiales, fotos y declaraciones sobre su propio asesinato, que ocurrirá en 5 días. Ante su incredulidad, pero con la pequeña duda de que pueda ser verdad (fotos no retocadas, nombres de comisarios y policías reales, detalles que sólo podía conocer él, ...), decide no hacer caso, pues entre los principales sospechosos del expediete se encuentra: un familiar suyo, su novia actual (con un pasado relacionado con la mafia), un estudiante un poco excéntrico y una persona desconocida. La cuestión es que, además, el abrigo que lleva en la foto forense no es suyo y el coche con el que se describe su situación tampoco. La película empezará a tomar unos tintes de inquietante tensión cuando, por un accidente fortuito, el seguro le cambia el automóbil por el mismo del expediente y su novia le regala el abrigo que lleva en la foto de su asesinato. Chapeau.
Todo su presente irá acercándose y pareciéndose cada vez más a su horrible destino.
Este destino cruel se nos muestra al principio del film:



A partir de aquí lo único que puede hacer el Dr. Neumeyer es evitar, en la medida que le sea posible, el parecido de su vida con lo que se relata en su ficha policial, un reto a contrarreloj contra su destino. De todos modos esto no será su único cometido: debe conocer la identidad de su asesino.
Esta mini-série tiene un gran guión con un planteamiento absolutamente sugerente pero la pega más grande reside en que se ha relegado como una película de "série B". De hecho, a pesar de ser muy entretenida, la tensión, a veces, se dilata. Tal vez este hecho denota que, en principio, se debería haber hecho un film y no una série de televisión. De todos modos, la série es más que excelente. Se trata de forma sublime las leyes de la física cuántica.

Después de ver el cortometraje de Chris Marker, La jetée (1962), uno se pregunta si además de 12 monos (1995) alguien retomaría la idea fundamental o, como mínimo, iría un poco más allá. Pues así se hace en la sublime The jacket, una película excelente que realmente no indaga profundamente en por qué o con qué se viaja por el tiempo. Las intenciones de un ser humano por hacer ese paso son más profundas.
The jacket escoge los mejores elementos del corto de Marker (la fluctuación del pensamiento viajando por el tiempo y la figura del hombre sufriendo la agonía del experimento), del film de Terry Gilliam, 12 monos (las escenas del manicomio), e indirectamente, de 5 días para morir, el hecho de conocer que en breve morirá. Y la guinda es que el personaje sufre una variante de la misma enfermedad que el protagonista de Memento (amnésia retrógrada).
Observad el principio de la película que destapa muchas tramas. Nada parece entrever que se desarrollará lo que he comentado antes:



El protagonista sólo dispone de 4 días para evitar su muerte y mediante un fármaco, y enclaustrándolo dentro de una cámara frigorífica de cadáveres, su mente viajará al futuro, de hecho, hasta 13 años después. El experimento espeluznante de un médico supondrá un gran descubrimiento, pues provocará el poder remediar los errores del pasado o los del futuro, o sea, cambiar el destino por uno mejor. Este elemento lo hemos visto en algunas películas de la entrada primera de "Memento mori". La utilización del tema de la mente que viaja a través del tiempo (según H. G. Wells: "no hay diferencia entre el tiempo y las otras tres dimensiones del espacio, excepto que nuestra conciencia se mueve a lo largo de él") se utiliza de una manera más cercana a la ciencia en la serie Perdidos, obra maestra indiscutible por encima de cualquier film, donde el personaje Desmond, de repente se ve que, viviendo en el 2004, su mente está fluctuando entre el 1996 y el presente, sin freno alguno. Las explicaciones del físico Daniel Faraday nos aclaran la versión científica del hecho.
En The jacket se va creando, a medida qe avanza la cinta, un sentimiento de inquietud increíble al ver cómo dos personajes conocen el experimento: Jack Starks y Mackenzie. Estos dos personajes recrean las mejores interpretaciones del film, que están a cargo de Adrien Brody y, el acertadísimo, Daniel Craig. Este último mantiene una relación de complicidad con Starks que mejora el binomio Brad Pitt y Bruce Willis en 12 monos.
Mirad esta explicación sobre los hechos entre los dos personajes:



Las escenas donde a Starks lo encierran son espeluznantes, es como estar enterrado en vida. De hecho, es como la segunda muerte del protagonista.




Se puede establecer un parangón con el corto de Chris Marker por la situación, como he dicho antes, de sufrimiento del personaje principal dentro de un experimento en el que su cometido es moverse por el canal del tiempo.
Para escarbar dentro de la enmarañada trama Starks deberá viajar más a menudo al futuro para evitar su muerte y conocer detalles que crean una paradoja del tiempo: alguien sabe en el presente algo del futuro.



La situación donde Starks dice: "En realidad ahora estoy ahí dentro" es absolutamente genial, da mucho de qué hablar sobre dos universos paralelos que convergen de golpe.
Este es un film muy bien distribuido y narrado, donde sutilmente se están tratando temas que en otras películas no se acaban de desarrollar bien. Muy recomendable largometraje que nos puede hacer exprimir el cerebro. La música y el tempo van totalmente acordes con lo que se explica, creando así un ambiente tétrico cuando se requiere o romántico y entrañable cuando es necesario. Nadie se lo puede perder.

Os dejo, como culminación de esta entrada, el cuento "Memento mori" de Jonathan Nolan, con el que su hermano, Christopher, se basó para hacer la película Memento (2000). Tenéis la versión original en inglés o la traducción al castellano. Descarga directa.


"Memento mori" by Jonathan Nolan. Descarga aquí la versión original (english).

"Memento mori" por Jonathan Nolan. Descarga aquí la traducción (castellano).

Esta entrada se quedará aquí y, en breve, ampliaré la antigua. Por tanto, podéis visitar las dos sin nigún problema.

martes, 8 de abril de 2008

Voces de muerte

Cuando uno analiza la complejidad en la estructura de una trama tiende a partir de películas de una época en concreto (normalmente de los 20 ó 30 útimos años) y olvida que en los años 30 y 40, aunque había un tipo de películas muy estereotipadas, existían pequeñas joyas que ganarían en maestría a cualquier buen film actual. Este es el caso de Voces de muerte (1948) de Anatole Litvak. Película atenazadora, intrigante, que esconde más de lo que muestra, pero que crea una historia redonda con un final excepcional sólo propio de las obras maestras. Cuando uno empieza a ver la película lo único que puede sentir es que no puede despegarse del sillón, la hipnótica sensación de ansia por saber más crea que la historia nos agarre y no nos podamos soltar. La forma, el contenido y la interpretación de la protagonista (Barbara Stanwyck) crean un perfecto conjunto que retan al más indiferente espectador. Éste es un thriller psicológico de alto nivel, no hay medias tintas, el cine negro en estado puro. La película se vuelve como un cuento o un microrrelato, un artefacto a punto de estallar, donde se nos van dando pistas dosificadas para que no podamos entrever más de lo que se ve, pero que al final veremos la utilidad e iremos hilando los cabos hasta tener una perfecta madeja.
El guión estuvo escrito por Lucille Fletcher que, originariamente, escribió el relato para la radio. El punto de partida de la trama denota que por estos albores se iniciaron lo que actualmente entendemos como películas de intriga psicológica: alguien que se encuentra en una situación desesperada con unas limitaciones que no le permiten solucionar la problemática rápidamente; hay varios films de este tipo en este blog.
Una mujer inválida, que se encuentra sola en su casa, decide llamar a su marido Henry (Burt Lancaster) para que la venga a cuidar, pues hace horas que debería haber llegado. Mientras la telefonista le pasa la comunicación escucha la interferencia de otra llamada donde dos hombres explican que a las 23:15 h. matarán a una mujer. El azar querrá que diferentes vidas se crucen por una tragedia que provocará, con las limitaciones físicas de Leona, unas eslabonadas y espeluznantes conclusiones.
Veamos el principio del film:



Esto es sólo el principio, a partir de aquí el film utilizará la técnica narrativa de las muñecas rusas, las matrieskas, para ir desenvolviendo diferentes situaciones pasadas, recordadas y mezcladas con eventos presentes. Sería como ver la pieza grande de una muñeca rusa e ir sacando las más pequeñas hasta la más diminuta para después, con la escena final, poder entender la deconstrucción y volver a montar las partes.
En un momento de la película se recuerda un hecho, en éste sale alguien explicando una historia pasada y dentro de esa historia sale alguien recordando algo; complejo pero magníficamente urdido. El uso del flashback hace que lleguemos a rememorar cosas que están tremendamente alejadas del presente narrativo de la historia, pero no por ello nos olvidamos de la situación principal. Todos los personajes tienen un rol funcional a la hora de desmontar la historia, sería como pasar el relevo a otro corredor para que al final el primero lo retome y llegue a la meta.
Por un lado tenemos a Leona sola, un asesinato futuro, un marido que antes de casarse era pobre y que no se sabe por qué tarda tanto en llegar, luego, un padre viudo que es el dueño de una gran empresa, una exnovia del marido que está preocupada por una situación extraña que le sucedió ... y bueno, a partir de éstas y más cosas tenemos una trama perfecta.
Es muy remarcable la labor de fotografía y cámara, donde se recrea un sugerente juego de sombras y luces que enfatizan la presión de alguien que no se puede mover de una cama pero que necesita ponerse en acción y sólo dispone de un teléfono. Los inusuales movimientos y travellings de cámara parecen más propios del cine actual que del antiguo (con la excepción de Orson Wells en Ciudadano Kane). Hay que recalcar que el propio Hitchcock reconoció como fuente de inspiración este film para hacer Crimen perfecto (1954).


Barbara Stanwyck (1907-1990) tiene en este film un papel de enormes dimensiones, un personaje que se mueve entre el odio y la rabia hasta la prepotencia y la magnificencia. Una actriz que demuestra, en apenas una hora y media, múltiples conductas y aspectos, se quita una máscara tan rápido como se la ha puesto; aquí nada ni nadie es como se muestra, todo está meditadamente escondido.
Esta espectacular interpretación le valió una nominación a los Óscar de 1948 (sólo eso), pero es curioso ver como en 1937 obtuvo también sólo una nominación por Stella Dallas, en 1941 por Balls of fire y en 1944 por Double Indemnity; nunca ganó el premio. Bueno sí, miento, en 1982 le dieron uno honorífico. ¿Alguien realmente cree todavía que estos premios son ahora injustos y antes no?
Película muy recomendada donde se transluce el cine que vemos en la actualidad.

domingo, 6 de abril de 2008

Gracias por fumar

Gracias por fumar (2006) es un film que trata temas espinosos que normalmente se enfocan desde el punto de vista del catastrofismo y la seriedad: el tabaquismo y las grandes corporaciones que se lucran con la adicción de sus consumidores.
Lo que se haría habitualmente sería hacer una cinta a modo de documental para certificar rigurosamente los datos y cifras. Sobra decir que la focalización estaría destinada a vapulear abiertamente a los culpables y animar a que no se contribuya a mantener la fortuna de los grandes empresarios. Pero no se tendrían en cuenta otros elementos que en esta película se recrean. Gracias por fumar de Jason Reitman no es un documental, es ficción con datos reales que muestra el problema con un original prisma, el del sarcasmo y la ironía. Muy difícil es reírse de una problemática tan seria, pues aquí se hace y con un resultado muy positivo. Cabe decir que la baza más importante es la del diálogo rápido, efectivo, frases cortas pero hirientes, llenas de jugo y trascendencia. El guión está basado en la novela homónima de Christopher Buckley y aquí está muy bien plasmada, pues aporta dinamismo y una muy buena traslación de imágenes y situaciones.
Se juega con la autocrítica de una manera muy sana, el protagonista, Nick Naylor (Aaron Eckhart), es el que da la cara de toda la industria tabaquera a toda la sociedad, por tanto uno pensará que se escogerá a una especie de villano psicópata, pues no. El personaje de Naylor es muy profundo, con muchos vértices, se muestra humano y coherente en todos sus razonamientos. Los personajes "malos" serían todo el resto prácticamente: las empresas, la sociedad, las víctimas, etc.; todos éstos quedan ridiculizados si analizamos bien el film, pues se nos muestran como una suerte de estereotipo.
Las andanzas de Naylor pasarán por intentar defender a quien se le ponga por delante que no es que fumar es malo sino, y aquí viene la maestría del largometraje, ¿por qué no puede uno ponerse a fumar? Se despoja el axioma de que algo es malo y se recoge la premisa de que simplemente uno puede hacerlo, sin verle la connotación negativa que pueda tener a largo plazo la dependencia. El protagonista juega con unas cartas muy malas: las víctimas del tabaco, la sociedad y los grupos sanitarios. Aun así se arriesgará y seguirá apostando, pues puede ganar si utiliza la lógica del razonamiento.
Veamos un fragmento donde se expone más claramente lo que digo. Aquí veremos cómo se utiliza el lenguaje del documental con la rapidez e ingenio de la autodefinición de un personaje muy al estilo de Chuck Palahniuk y David Fincher en El club de la lucha (1999).
No os perdáis ningún detalle de lo que se cuenta, es maravilloso:



La fuerza de persuasión del protagonista no es la típica de un charlatán de feria, está llena de particularidades curiosas. Crea un estupor absoluto pues, con los elementos con los que juega, establece un entramado profundo de sinceridad y elocuencia. Fijaros en el niño de quince años que tiene un cáncer debido al tabaco y la charla de Naylor con los niños de la escuela, se puede establecer una relación muy sugerente. La presentadora del programa dice que el niño enfermo ha dejado de fumar porque "ya no le mola"; mucho significado tienen estas palabras: ¿cómo un niño fuma hasta tener un cáncer?, ¿quién lo ha permitido?(esta pregunta es de fácil respuesta), ¿cómo se utiliza este testimonio de una manera tan vulgar?, ¿qué tipo de programa es éste? (el adjetivo lo tenéis en mente). El diálogo de Naylor es congruente si se basa en términos económicos, aunque bajo un diabólico y perverso motivo. Vemos la ignorancia del público al aplaudirle cuando oyen lo que quieren oír, no la solución al problema.
Veamos la descripción de los personajes que rodean a Naylor y la teoría del poder de persuasión del protagonista:



El escuadrón no puede ser más brillante, donde se critica de manera muy sutil la sociedad que permite legalmente el uso del alcohol, el tabaco y las armas pero no ofrece soluciones. Se utiliza, como veis, un humor muy negro. El tema del trabajo del hijo demuestra de forma velada el gran problema de la enseñanza: ¿Por qué el gobierno de América es el mejor del mundo?
En la historia el gobernador de Vermont intentará que se ponga en todas las cajetillas el símbolo de una calavera para intentar persuadir a los fumadores del peligro del producto (¡menuda solución!). Se creará una comisión donde se invitará al representante de la industria tabaquera:



La charla atropellada del dr. Meisenbach, donde sus palabras se pisan unas a otras, viene a traslucir la vergonzosa artimaña del gobernador para demostrar que una institución médica acredite su teoría, pero que el dicho doctor ni siquiera sabe de qué ni de quién está hablando, su opinión está claramente comprada.
Aquí todas las caras están destapadas de sus máscaras, viendo la parte de culpa de todos los sectores económicos que se ven salvados de ser culpables: la industria alimentaria, la automobilística, petrolífera, armamentística, política...
Ni siquiera las víctimas se salvan, como he dicho, pues ahora veremos un fragmento donde el protagonista viendo lo inmoral de la situación sabe dónde está el talón de Aquiles de cualquier ser humano. La flaqueza y debilidad que siente un hombre hacia el dinero puede llegar a ser inquietante:



Por cierto, un detalle curioso de la película: no aparece nadie fumando; esto puede significar muchas cosas.
Estamos, por tanto, ante un film que visualiza desde un punto de vista muy original el problema del tabaquismo y todo lo que en ello arrastra: la perdición de la sociedad actual.

viernes, 4 de abril de 2008

Espacio invisible

Según los cánones clásicos, para elaborar una historia se necesita un espacio, un tiempo, un personaje y una trama, como mínimo. En el cine esto es evidente. Para elaborar una trama es necesario una peripecia, o sea, algo que desestabilice la normalidad de una situación: si en una película vemos una pareja enamorada viviendo en armonía, algo malo les pasará luego, seguro. Además, los elementos del espacio han de tener una utilidad y no pueden ser gratuitos, como decía el escritor ruso Anton Chejov: "Si al principio de una novela se dice que hay un clavo en la pared, al final el héroe debe colgarse de ese clavo". Esto es la teoría y lo que una película normal tiene por defecto pero, claro, hay films que experimentan con estos conceptos relativos y los quitan o los cambian. Esto pasa también con los pintores abstractos, los poetas conceptuales, etc. cada uno en su campo de trabajo, pero que desbaratan los referentes que todos conocemos por la tradición y los renuevan. El resultado está al gusto de cada uno, pues al no basarse en conceptos universales, el agrado u odio vendrá por la impresión subjetiva de cada uno: nadie puede comprender el significado real de un cuadro abstracto y su opinión será muy distinta de la de otra persona que esté a su lado mirando lo mismo.
Por tanto os voy a presentar dos films que se desmarcan de los patrones habituales en algunos aspectos:

-Gerry (2002) de Gus van Sant.
-Dogville (2003) de Lars von Trier.

Dogville es una película que quita el concepto de espacio más usual, de hecho, crea un espacio invisible. El film se despoja del lastre de un elemento que a veces nos importa (los grandes decorados de época) y a veces no (cualquier film donde importe otra cosa que no sea el sitio donde transcurren los hechos), pero que si nos lo quitan nos quedamos perplejos. No porque sea imprescindible, sino más bien al contrario: un espacio es prescindible si no lo utilizamos para un fin.
Este excelente film forma parte de la trilogía Estados Unidos: tierra de oportunidades y siguen las otras partes el tótem establecido por la primera. La 2a parte y la 3a son : Manderlay (2005) y Washington (2007).
En Dogville, por tanto, no hay espacio escenográfico, es decir, veremos un poblado (todo está rodado en una suerte de escenario de un teatro vacío) con habitantes que moran en sus casas sin paredes, los jardines no tendrán flores, pues estarán pintadas en el suelo, al igual que la morfología de las viviendas (como en un plano). ¿Por qué alguien cuando empieza a ver esta cinta siente una extrañeza brutal? Pues porque estamos demasiado encorsetados en valores que no se corresponden con su utilidad o, simplemente, no encajamos bien la experimentación.
El espectador no necesita paredes ni techos, pues lo que realmente importa es la historia. La genialiad de Lars von Trier reside en que nos da unos nuevos referentes, creando así un nuevo lenguaje en el cine, un nuevo estilo.
La película contiene un guión que no puede ser más arrebatador, lleno de drama y tragedia humana, donde se plasman las más perversas pasiones humanas.
Además la película está contada como un cuento. Está dividida en 9 capítulos y un prólogo y, además, con un título en cada parte que sintetiza la esencia de la trama.
Grace (Nicole Kidman) huyendo de unos gángsters entra en el pueblo de Dogville. Allí encontrará el regocijo de Tom (Paul Bettany) que será quien la intentará integrar dentro del microcosmos del pueblo. Una vez allí, tendrá que hacer todas las tareas útiles que los moradores necesiten para ganarse su confianza: si no se la gana, la echan.
Pero es mejor que veamos el principio del film para hilvanarlo con la explicación de la historia:



A partir de aquí el, a priori, peligro del que sale Grace (los gángsters) se convertirá en una caída a los infiernos (el pueblo de Dogville). Progresivamente y perfectamente medido se dosificarán las tendencias de los pueblerinos para apropiarse de una persona forastera. Muchas relaciones se pueden entablar con el tema de la immigración.
La localidad estará formada por personajes muy singulares: un hombre ciego que quiere hacer ver que no lo es, un médico hipocondríaco, un joven embobado por la desidia que quiere ser filósofo, etc. La trama tomará unas proporciones trágicas abismales.
Cuando uno empieza a ver el film asume el código del director y lo acepta. Te das cuenta que el espacio no deja de ser un mero clavo en la pared del que nadie se va a colgar, pues no se muestra lo que no tiene utilidad.
La difícil personalidad de Lars von Trier y su manera de crear un film (al modo Dogma) hizo que se crearan unas punzantes relaciones entre los actores y la situación surrealista del tema (estuvieron aislados de cualquier contacto con el exterior).
En este vídeo se muestra más o menos (se intuye, mejor dicho) este choque:



Original, brillante y espléndido film que no deja indiferente a nadie, tanto por su forma como por su historia.
Lo intrigante del largometraje es que no importa que todo transcurra en un pequeñísimo pueblo; los vicios de todo la humanidad están en lo más microscópico del universo. No importa dónde miremos siempre encontraremos la maldad del ser humano. La villa representa un microcosmos que es la plantilla de las sociedades "civilizadas" del mundo.

Como dije en la tercera entrada de este blog ("Tiempo invisible") el espacio es una forma de ordenación humana y, si hipotéticamente, nos despojáramos de las cosas que en él están obtendríamos la nada, un valor difícil de asumir, pues estaríamos contradiciendo y negando nuestras limitadas mentes. Como hemos visto en Dogville hay una suerte de espacio invisible: el escenario, el espacio de un film.
Gerry es una película que no sólo se quita las vestiduras del dicho concepto sino que, encima, se anula el concepto de peripecia que he mencionado al principio. Film difícil de digerir donde no pasa nada y, además, no hay un espacio en concreto. Dos jóvenes que viajan en coche deciden dejarlo para empezar a caminar sin un destino realmente claro. Se producirán unos diálogos anodinos donde uno no puede realmente exprimir nada en concreto y esto se alargará hasta los 103 minutos. Una película experimental de Gus van Sant donde se intenta la interacción del espectador de una forma más activa de lo habitual. Aquí encontraremos decenas de minutos en silencio, donde el que visiona la película deberá adecuar la naturaleza con lo inerte de los personajes. Experimento muy arriesgado el de este film y que da pie a múltiples críticas por el estupor o sopor que puede llegar a influir en el espectador.
En un momento del film Casey Affleck y Matt Damon se separan y se pierden por el inabastable desierto.
Veamos un fragmento para que podáis conocer la esencia del film, aunque hay que aclarar que en este trozo hay música de fondo, cosa que no suele pasar en el resto del metraje.



Por tanto, el espacio invisible mora en los films que juegan con lo que ya está establecido o acordado tácitamente. El silencio del espacio se palpa y se presiente del monstruo que vaga por las mentes de creadores y espectadores que juegan al juego del espectáculo que se presenta.