miércoles, 30 de septiembre de 2009

Alegatos a favor del cine (1º parte)

Esta entrada inaugura la segunda centena del blog, y qué mejor que este momento para poner sobre la mesa unos alegatos a favor de la calidad en el cine en dos posts. Y cuando digo calidad me refiero a unas reflexiones que nos harán recapacitar cuánto daño ha sufrido y padece el cine actual y antiguo por parte de varios estamentos que no valoran las creaciones del séptimo arte por su calidad. Estos culpables son: las cadenas de televisión, las productoras cinematográficas, los grandes magnates, los cines, etc.
Sustentándome sobre un documental de ensayo precioso, os propondré las siguientes preguntas:
-¿Es lícito que las películas se emitan por TV con cortes publicitarios o con publicidad insertada en la imagen invadiendo la pantalla? ¿No se está cortando el clímax que preparó el director para atrapar y agradar al espectador y éste termina hastiado por tanta interrupción? ¿Se está, por tanto, cortando una obra de arte? ¿Cortaríamos, de la misma manera, un cuadro para que cupiera en un espacio más pequeño por el hecho de ser más grande?
-¿Por qué nunca hemos visto cómo es realmente la proyección a tiempo real de un película muda? ¿Sabías que los cines y televisiones emiten las películas a tiempo acelerado para ahorrar tiempo y dinero sin darnos cuenta nosotros?
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¿Es justo que, con la aparición del cine sonoro, se empezaran a eliminar de forma masiva todas las cintas de cine mudo y que ahora sólo conservamos un 15% de ese arte?
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¿Sabíais que los directores no son dueños de sus películas y que por tanto, cualquiera puede cortar escenas, añadir otras, porque deja de ser suya y se la apropia una compañía con total impunidad? ¿Sabías que esto se hace cada día por todo el mundo?

Éstas y otras cuestiones trataremos con la base del supremo testimonio de Cineastas contra magnates (2004) y Cineastas en acción (2005) de Carlos Benpar.


¿Estamos dispuestos a que alguien coja una obra de arte, como un cuadro del Barroco y le añada y corte elementos a su antojo? Creo que todos estamos de acuerdo en que no. Pero supongo que tampoco permitiríamos que con una cinta original o con la reproducción de un film nos quitaran escenas o minutos de metraje, puesto que no entenderíamos la obra en todo su conjunto.
Veamos una analogía sobre este tema, que mezcla una posible realidad con la simbología del uso del arte: Felipe II (1527-1598), rey de España, recibió un cuadro, "La última cena" (en la imagen, la de Lenorado da Vinci) en el 1574, pintado por Tiziano Vecellio (1477-1566).


El monarca quería colocar esta magna obra en su refectorio, pero debido a sus dimensiones decidió cortar los dos extremos laterales de la pintura, elminando así parte del contenido de la obra. Un artista cortesano, Juan Fernández de Navarrete o "Navarrete el mudo" (1526-1579), se alarmó ante tal desvarío y prometió al rey que copiaría el cuadro entero a tamaño más pequeño si con ello evitaba la mutilación de la pintura. Felipe II no hizo caso y mandó eliminar para toda la humanidad el deleite de ver una obra de arte entera como ésa.
Con esta historia -mezcla de realidad y ficción, pues se escoge una obra magna de Leonardo, en vez de una de Tiziano- advertimos cuán trascendente es la preservación de cualquier obra que se cree. Pues con el cine pasa constantemente esta vejación.
Las películas se filman a partir de diferentes tamaños y encuadres, pero como el cine norteamericano actual utiliza un formato distinto, todas las películas que estaban pensadas en un encuadre diferente pasan por el filtro de esa obligación.
Imaginemos una película antigua que se emite por TV o en un cine y que nos la proyectan con una focalización distinta, es decir con una cajetilla diferente por la que pasa la luz del film. Algunos de los distintos tamaños de formato de cinta son: 1:37 o estándar (formato sonoro); el mudo era más grande; el Cinemascope, 2:35; el panorámico, 1:66; el norteamericano, 1:85. ¿Qué pasa cuándo un ignorante proyecta la película El hombre del oeste (1958) de Anthony Mann con un formato distinto al de la versión original? Pues, señores, ahora lo veréis, porque ocurre constantemente y esto sucedió en España.
A saber:


Videos tu.tv


Nos estamos perdiendo gran parte de la información que ofrece el film en su tamaño original sólo porque a los responsables del cine o de la cadena de TV no les ha dado la gana aprender. Lo mismo ocurre cuando en una escena de clímax total aparece un anuncio publicitario o en una imagen se ve en un lateral el anuncio de una nueva serie, o la programación que vendrá. Se mutila el sentimiento que el director ha querido transmitir por un interés completamente distinto al artístico: el económico. A la TV le importa bien poco la calidad de un film, sólo quieren vendernos productos con la escondida excusa de darnos entretenimiento.
Lo mismo ocurre -y aunque no lo hayamos advertido- con la capacidad de todos estos entes corporativos por proyectar films a una velocidad más rápida de lo normal, cosa que entorpece el visionado de una obra y ensancha las más que abultadas arcas de los magnates.
¿Por qué el cine está tan desprotegido de enfermos culturales que cortan y deshacen por sus intereses? Nadie se atrevería a publicar un libro con 20 páginas menos.
¿Sabíais que en los cines italianos se emiten films con un corte para que la gente compre refrescos y que, por tanto, los directores ya graban sus películas para estructurarlas de esta manera? ¿Se tiene que hacer lo mismo con los cortes televisivos? ¿Quién tiene la potestad para cortar un film: el director o un empleado de la TV? ¿Por qué permitimos esto?
Gran parte de la culpa la tienen las poderosísimas corporaciones cinematográficas, quienes se apropian de todos los films no dejando al director margen para cambiar lo que quiera: su obra deja de ser suya. Por eso, muchas películas antiguas dejan de tener escenas, minutos, etc.
Sinceramente creo que el gran desvarío empezó con la aparición del cine sonoro. Se decidió que se tenían que eliminar sistemáticamante todas las cintas de cine mudo. Sólo conservamos un mísero 15% de lo que se produjo en la primera etapa del séptimo arte. Desolador. Nos hemos perdido mucho cine. Anque la mutilación también se produjo con la coloración del cine en blanco y negro, pero la destrucción de todas las cintas mudas produce una más que maestra reflexión como la que se hizo en España por esa época.
Quedaos boquiabiertos con la información primera sobre el destino de las latas de celuloide y luego el testimonio que enjuiciaba esa destrucción, que disfruta de una metáfora propia de una magnífica obra literaria:



Nuestros productos cosméticos contienen las historias de amor que tanto conmovieron a nuestras generaciones pasadas, bellísimas películas untadas ahora en unos polvorientos zapatos o en unas decrépitas uñas. Qué destino más trágico.
Nunca se ha tenido en cuenta la responsabilidad de un artista en el séptimo arte y su obra. ¿Por qué en la actualidad se sigue maltratando el cine?
Muchas reflexiones subyacen a estas premisas que deberían hacernos replantear si realmente lo que vemos es lo que se concibió en un primer momento por el autor.
En la 2º parte de estos alegatos a favor del cine como arte discutiremos, entre otras cosas, la decisión de si hemos de escoger cine doblado o subtitulado. Aunque, eso sí, en la próxima entrega os ofreceré el documental Cineastas contra magnates en una suprema sesión de cine.

11 comentarios:

  1. Da mucha pena pensar que tantas obras han acabado siendo pintura de uñas y betún para los zapatos... ¿este ha sido un fragmento del documental "cineastas contra magnates"?
    :-)

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  2. El pastel es que es de las grandes corporaciones del cine. Y eso no va a cambiar.

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  3. Es una reflexión muy necesaria que nos tendríamos que hacer todos como espectadores televisivos.
    Bien habría que añadir algunos matices a la reflexión, como la tendencia del cine "comercial", ese hecho a base de fórmulas matemáticas y no impulso artístico, que tiende a ser pensado con la proyección televisiva posterior, así como el poco interés por parte de las cadenas televisivas (salvo gloriosas excepciones) hacia el verdadero cine transmisor de arte.
    Eso sí, comparto plenamente tu punto de vista.

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  4. Aunque la reflexión es buena, muchas de estas preguntas tienen respuestas coherentes.
    No me extiendo, pero por ejemplo, la velocidad de las películas en la tele tiene mucho que ver con la diferencia que hay entre campos televisivos y fotogramas (25 y 24 respectivamente). En el caso del cine mudo, se rodaba a 16 fotogramas por segundo. Cuando llegó el sonido, se vió la necesidad de grabar a 24 (lo requería la calidad del sonido). Los proyectores se cambiaron a esa velocidad y por tanto, todas las películas rodadas a 16 segundos se vieron mucho más rápido de lo normal. Durante muchos años, el cine mudo se vio con esos característicos movimientos raros que, en su época, no fueron rodados de esa manera.

    Por otra parte, el cine mudo no desaparece por desidia, sino por el material con que fueron grabados: Nitrato. Altamente inflamable y propenso a enfermedades varias, entre ellas, el exceso o la falta de humedad. El Nitrato se ha ido quemando con el tiempo y sólo las Filmotecas se han encargado de recuperar todo lo que pueden. Pero no es suficiente: por cada película que se restaura y se guarda adecuadamente, se pierden muchísimas. Pero la base de la pérdida es por el material con que fueron rodadas esas películas.

    Y por último, aunque me gustaría extenderme durante horas con todo esto, que me apasiona, es sobre el director. El director es una persona contratada para hacer una película. El dueño es el productor. Si el director no tiene la última palabra es porque especificamente, en su contrato, no la tiene. La tiene el productor. Es el famoso Final Cut.
    Hay directores que exigen el Final Cut: nadie la cambia un sólo plano a Scorsese, por ejemplo.

    ... pero el tema es claro: yo pago por una mesa. El artesano me hace una mesa fabulosa, pero no es perfecta porque no me cabe en la cocina. Le pido al artesano que la cambie y él debe hacerlo. Yo soy el que pago y es mi mesa.

    El productor exige ciertos elementos, normalmente por adelantado, como la duración de la película. Que un film dure dos horas o dos y media, entre otras cosas, no es baladí: pasar de cinco proyecciones diarias a cuatro es, basicamente, perder el 20% de las ganancias.

    Y por supuesto, los ladrones, los proyeccionistas cabrones que eliminan segundos y que cortan los rollos de forma deshonesta, las televisiones sin escrúpulos, siempre existirán. Pero hay varias cosas en tu interesante post que tienen explicaciones razonables.

    Saludos,

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  5. -Gisela, sí que da mucha pena que tantos films se hayan esfumado por levantarse una nube de polvo en unos zapatos. Sí, este es un fragmento de "Cineastas contra magnates".

    -Supersalvajuan, tienes razón, no va a cambiar nunca. El arte nunca es arte en realidad.

    -BarcelonaMade, completamente de acuerdo. El cine de consumo rápido se adapta a las necesidades económicas de las productoras. De ahí que venda tanto y se haga en gran número. Normalmente primero se piensa en el merchandising que se puede crear con la inmensa publicidad que tienen y luego crean un "guión" con "actores". El resultado es el que es: una porquería.
    Como digo, a las cadenas televisivas no les ineresa nada qué cuenta un film ni la calidad artística que tiene, sino la gente que puede verlo y que harán aumentar su audiencia.

    -¡Bienvenido al blog Sergio Arán!
    Arrojas luz sobre muchos aspectos interesantes; en otros es discutible la razón.
    Por ejemplo: es cierto que un director tiene que asegurarse que su producto esté protegido con un contracto que salvaguarde su creación (como hace Woody Allen), pero, ¿no te parece que si tantos directores no lo han hecho es porque no les dejan, no han tenido la oportunidad o les impiden hacerlo? Porque directores que hagan esto no hay tantos.
    Creo que la propia industria impide que el director sea el amo de su propio producto. No debe ser tan fácil proteger una película, sí lo es un libro.
    Otra cosa: no podemos comparar una mesa con un film, pues en esa mesa yo no como ni me la dejan: una película la ven millones de personas, la misma "mesa". Por tanto, hay que pensar en otros términos. Con un film, como con el arte, hay una "obligación" o deuda moral con la creación, pues va a ser disfrutada y compartida por centenas, millones de personas. Aunque yo pague un cuadro de Velázquez no creo que tenga el derecho moral de quemarlo. Puedo hacerlo, por supuesto, pero ¿verdad que hay algo que nos lo impide? No sé, es una cuestión más de moralidad, creo.
    De todos modos no todos los productores deciden cortar escenas de un film porque querían un largo de 90 minutos. Pero el hacerlo cuando se proyecta el film en una TV o en un cine (que es a lo que me refería) es mutilar una obra de arte.
    El cine mudo y sus cintas: muchos años estuvieron guardando nitrato para decidir un día, de golpe (y con la casualidad de la llegada del sonoro), quitarse de encima todas las cintas. No creo que la eliminación estuviera provocada por el nitrato, pues de ser así: ¿Cómo no se eliminaron antes? Y es más: ¿por qué no se eliminaron todas? Y es más: ¿por qué no se hicieron copias para no perderlas? No se hiceron copias por la razón que se trata en el post y en los comentarios: el cine sonoro era más rentable. Sino ¿cómo es que los artistas del cine mudo se murieron de hambre? Todo se rige bajo el mismo patrón. La copia de las cintas por elementos menos nocivos hubiera solucionado el problema, pero no fue así. No se perdieron por restaurarlas porque ni siquiera se intentó hacerlo: se eliminaron sistemáticamente.
    Sabe mal lo que cuentas sobre la velocidad de las películas, la verdad es que hemos perdido la esencia de lo que era el cine mudo en todo su esplendor. Los proyeccionistas son ineptos cuando actúan de esta forma. Pero,eso sí: no todo tiene la respuesta que creemos. No nos engañenos el dinero ha destrozado lo que ya no recuperaremos nunca.
    ¡Saludos!

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  6. Buena manera de estrenar un nuevo centenar.
    Con el tema de las cadenas de televisión yo siempre digo que ellos emiten publicidad y la cortan de vez en cuando con trozos de película y series. Es cierto que tendría que ser más fácil lo de que el Director se reserve la potestad de que el film quede como lo ha ideado él, si no que se meta el productor a dirigir a ver si lo hace tan bien (no creo que solo lo hagan unos pocos, por gusto).
    Poderoso caballero es Don Dinero, eso lo sabemos todos.
    Esperando la 2ª parte y ese documental 8D.

    ¡Saludos!

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  7. Hola, muy de acuerdo con la mayoria de asuntos que expones, pero la mayoria estan relacionados con ver cine emitido en TV, practica esta que creo que esta de capa caida ante las nuevas formas de verlo. El escenario futuro que todos parecen estar de acuerdo es que tendremos algun tipo de tarifa plana que nos permitira acceder a un catalogo enorme de peliculas sin publicidad ni estorbos por la imagen que parece que sera el caso de los que quieran verlas de gorra (pirateos a parte, claro).

    A mi me preocupan mas otras cosas como que solo se produzca cine pensando en adolescentes, que en las salas de cine haya un ruido impresionante y una peste a comida que echa para atras, esa tradicion de doblar todo el cine que va a costar mas de erradicar que un cancer (son mas listos los portugueses? alli lo ven todo en VO). Y un porron mas que me espero a la segunda entrega a ver si aparecen.

    Saludos

    PD: Ah si! porque no podemos ver en cine grandes clasicos? Si yo quiero ver Lawrence de Arabia en cine, tengo alguna posibilidad excepto esperar diez anyos a que se le ocurra a alguna filmoteca reponerla? Bueno paro ya...

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  8. -Oskar108, es que es bastante injusto que no sólo nos hemos perdido un 85% del cine mudo, sino que además el contemporáneo se proyecta mal y el moderno está recortado antes y después de la filmación por intereses y por publicidad.
    Al fin y al cabo terminamos en el mismo punto: dinero.
    Qué pena perderse los films tal y como fueron concebidos.
    ¡Saludos!

    -Dr. Quatermass, bueno, no todo es cine emitido por TV en esta entrda, también hay las proyecciones en cines, las cintas de films mudos, los contratos de los directores y su desposesión del producto, los cortes en los cines italianos, etc.
    Estoy muy de acuerdo contigo en que el soporte televisivo que se está manteniendo va a quedar obsoleto por mucha publicidad que se quiera meter, pues con descargar un film nos olvidamos de la engorrosa publicidad, y esto es equiparable a grabar por red lo que sea.
    Como dices, el ambiente de un cine es harto asqueroso, y que yo hace tiempo me niego a pisar, pues no permito que nadie hable mientras veo una película.
    Además que lo que citas sobre el cine comercial yo creo que, aunque insoportable, siempre ha existido y siempre va a existir. El fast-food de la industria cinematográfica. Esto sólo terminará el día que la gente que lo mira deje de hacerlo. Sólo eso.
    Lo de los subtítulos será tema de la segunda parte, jejeje. No adelantes acontecimientos, jejeje.
    Creo que en lo concerniente a los clásicos te diré que en nuestro país en una práctica que no se utiliza. En otros es una costumbre. Una pena. En España siempre hay que esperar por todo. Antes se va a proyectar una de Torrente que Lawrence de Arabia.
    ¡Saludos!

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  9. Cineastas contra magnates es una pieza imprescindible y fundamental para ver la realidad de una industria corrompida y despiadada.
    Saludos

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  10. Todo muy deprimente. Afortunadamenten hace años que dejé de ver cine en tv. Y en cine sólo en la Filmoteca así que me he ahorrado el 90% de los disgustos que expones XD ¿ves que fácil?

    Adelantándome a tu siguiente post diré que siempre estaré a favor de ver la VO si se domina el idioma original.
    En caso contario dudo mucho de las excelencias de los subtítulos frente al doblaje.

    Un saludo!

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  11. -Crowley, toda la razón. Hay que verla para entender la magnitud de la tragedia.
    Saludos.

    -Quimérico Inquilino, yo también me he ahorrado ese problema, hago lo mismo que dices. De hecho, dejé también de ir al cine hace muchísimos años. Pero hemos de pensar en la gente que sólo disponen de la TV para ver cine o que simplemente ignoran este tipo de problemas, ¿no crees?
    Lo que acabas de citar sobre la VO es un adelanto a lo que diré, jejjee, comparto la misma opinión, y esa razón es la que yo siempre digo que desestabiliza la balanza entre doblado o subtitulado.
    ¡Un saludo!

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