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viernes, 11 de abril de 2008

Memento mori II

Como dije en la entrada del blog "Memento mori" esta expresión significa: "recuerda que eres mortal, que algún día vas a morir". Esta sentencia latina se utilizaba para demostrar la limitación e imperfección del ser humano contra la figura de un Dios. Los viajes en el tiempo no dejan de ser una lucha eterna contra nuestro inevitable destino, por ello esta sección se ha ocupado de echar una ojeada al trato de este tema en diferentes films. Pero los que mejor lo han hecho.
En esta entrada voy a hablar de dos tratamientos distintos pero relacionados, a la vez que sublimes:

-5 días para morir (2004) de Michael W. Watkins.
-The jacket (2005) de John Maybury.

El problema de algunas películas sobre traslados por el tiempo es que se obcecaban en ocuparse de la máquina o el mecanismo que se debía utilizar y, aquí, es donde la gran mayoría quedaban aplastadas por la incongruencia del trato de las leyes físicas. La ciencia se rebelaba contra ellas y sólo las más originales se salvaban.
En 5 días para morir realmente no importa si se ha hecho un viaje o no, lo que interesa es: ¿qué efectos tendría que nos diéramos cuenta que alguien del futuro nos avisa de algo en nuestro presente?, es más, ¿estamos realmente viviendo el presente, o somos parte del pasado de un futuro remoto? Bueno, estas complicadas preguntas se aclaran en esta película larga o mini-série para TV.
El protagonista, J.T. Neumeyer (Timothy Hutton), descubre el día del cumpleaños de su hija un maletín extraño detrás de la lápida de su mujer fallecida. Este objeto contiene fichas policiales, fotos y declaraciones sobre su propio asesinato, que ocurrirá en 5 días. Ante su incredulidad, pero con la pequeña duda de que pueda ser verdad (fotos no retocadas, nombres de comisarios y policías reales, detalles que sólo podía conocer él, ...), decide no hacer caso, pues entre los principales sospechosos del expediete se encuentra: un familiar suyo, su novia actual (con un pasado relacionado con la mafia), un estudiante un poco excéntrico y una persona desconocida. La cuestión es que, además, el abrigo que lleva en la foto forense no es suyo y el coche con el que se describe su situación tampoco. La película empezará a tomar unos tintes de inquietante tensión cuando, por un accidente fortuito, el seguro le cambia el automóbil por el mismo del expediente y su novia le regala el abrigo que lleva en la foto de su asesinato. Chapeau.
Todo su presente irá acercándose y pareciéndose cada vez más a su horrible destino.
Este destino cruel se nos muestra al principio del film:



A partir de aquí lo único que puede hacer el Dr. Neumeyer es evitar, en la medida que le sea posible, el parecido de su vida con lo que se relata en su ficha policial, un reto a contrarreloj contra su destino. De todos modos esto no será su único cometido: debe conocer la identidad de su asesino.
Esta mini-série tiene un gran guión con un planteamiento absolutamente sugerente pero la pega más grande reside en que se ha relegado como una película de "série B". De hecho, a pesar de ser muy entretenida, la tensión, a veces, se dilata. Tal vez este hecho denota que, en principio, se debería haber hecho un film y no una série de televisión. De todos modos, la série es más que excelente. Se trata de forma sublime las leyes de la física cuántica.

Después de ver el cortometraje de Chris Marker, La jetée (1962), uno se pregunta si además de 12 monos (1995) alguien retomaría la idea fundamental o, como mínimo, iría un poco más allá. Pues así se hace en la sublime The jacket, una película excelente que realmente no indaga profundamente en por qué o con qué se viaja por el tiempo. Las intenciones de un ser humano por hacer ese paso son más profundas.
The jacket escoge los mejores elementos del corto de Marker (la fluctuación del pensamiento viajando por el tiempo y la figura del hombre sufriendo la agonía del experimento), del film de Terry Gilliam, 12 monos (las escenas del manicomio), e indirectamente, de 5 días para morir, el hecho de conocer que en breve morirá. Y la guinda es que el personaje sufre una variante de la misma enfermedad que el protagonista de Memento (amnésia retrógrada).
Observad el principio de la película que destapa muchas tramas. Nada parece entrever que se desarrollará lo que he comentado antes:



El protagonista sólo dispone de 4 días para evitar su muerte y mediante un fármaco, y enclaustrándolo dentro de una cámara frigorífica de cadáveres, su mente viajará al futuro, de hecho, hasta 13 años después. El experimento espeluznante de un médico supondrá un gran descubrimiento, pues provocará el poder remediar los errores del pasado o los del futuro, o sea, cambiar el destino por uno mejor. Este elemento lo hemos visto en algunas películas de la entrada primera de "Memento mori". La utilización del tema de la mente que viaja a través del tiempo (según H. G. Wells: "no hay diferencia entre el tiempo y las otras tres dimensiones del espacio, excepto que nuestra conciencia se mueve a lo largo de él") se utiliza de una manera más cercana a la ciencia en la serie Perdidos, obra maestra indiscutible por encima de cualquier film, donde el personaje Desmond, de repente se ve que, viviendo en el 2004, su mente está fluctuando entre el 1996 y el presente, sin freno alguno. Las explicaciones del físico Daniel Faraday nos aclaran la versión científica del hecho.
En The jacket se va creando, a medida qe avanza la cinta, un sentimiento de inquietud increíble al ver cómo dos personajes conocen el experimento: Jack Starks y Mackenzie. Estos dos personajes recrean las mejores interpretaciones del film, que están a cargo de Adrien Brody y, el acertadísimo, Daniel Craig. Este último mantiene una relación de complicidad con Starks que mejora el binomio Brad Pitt y Bruce Willis en 12 monos.
Mirad esta explicación sobre los hechos entre los dos personajes:



Las escenas donde a Starks lo encierran son espeluznantes, es como estar enterrado en vida. De hecho, es como la segunda muerte del protagonista.




Se puede establecer un parangón con el corto de Chris Marker por la situación, como he dicho antes, de sufrimiento del personaje principal dentro de un experimento en el que su cometido es moverse por el canal del tiempo.
Para escarbar dentro de la enmarañada trama Starks deberá viajar más a menudo al futuro para evitar su muerte y conocer detalles que crean una paradoja del tiempo: alguien sabe en el presente algo del futuro.



La situación donde Starks dice: "En realidad ahora estoy ahí dentro" es absolutamente genial, da mucho de qué hablar sobre dos universos paralelos que convergen de golpe.
Este es un film muy bien distribuido y narrado, donde sutilmente se están tratando temas que en otras películas no se acaban de desarrollar bien. Muy recomendable largometraje que nos puede hacer exprimir el cerebro. La música y el tempo van totalmente acordes con lo que se explica, creando así un ambiente tétrico cuando se requiere o romántico y entrañable cuando es necesario. Nadie se lo puede perder.

Os dejo, como culminación de esta entrada, el cuento "Memento mori" de Jonathan Nolan, con el que su hermano, Christopher, se basó para hacer la película Memento (2000). Tenéis la versión original en inglés o la traducción al castellano. Descarga directa.


"Memento mori" by Jonathan Nolan. Descarga aquí la versión original (english).

"Memento mori" por Jonathan Nolan. Descarga aquí la traducción (castellano).

Esta entrada se quedará aquí y, en breve, ampliaré la antigua. Por tanto, podéis visitar las dos sin nigún problema.

sábado, 8 de marzo de 2008

Memento Mori

"Memento mori" significa: recuerda que eres mortal o, mejor, que vas a morir. Una frase latina que denota el horrible instante en que nos damos cuenta que, hagamos lo que hagamos, tenemos un fin, por mucho que lo queramos cambiar. Este concepto planea sobre nuestras vidas y sobre las historias que nos cuentan los films: por muy fantástico que sea viajar en el tiempo (y lo poderosos que nos sintamos) la muerte siempre estará presente para acecharnos en cualquier momento.
Mucha literatura se ha escrito sobre los viajes en el tiempo, demasiadas películas han tratado el tema y sólo muy pocos han sido fieles a las leyes físicas o, como mínimo, han sido realmente imaginativos. Lejos queda el escritor H.G. Wells (1866-1946) con su máquina, pues el libro se publicó muchos años antes de la teoría de la relatividad de Einstein, aunque ya se hablaba del tema que nos va a ocupar esta sección: la ciencia del tiempo en el cine. En un fragmento de La máquina del tiempo el protagonista explica: "no hay diferencia entre el tiempo y las otras tres dimensiones del espacio, excepto que nuestra conciencia se mueve a lo largo de él"; idea perfecta para explicar algunos casos de este tipo en el cine. Sin duda, el mejor caso que ejemplifica este concepto se recrea en una serie muy conocida actualmente (no quiero desvelar el título para no romper la intriga del espectador) bajo un personaje llamado Desmond: él vive en el 2004 pero su mente del 1996 viaja hacia el futuro y el pasado alternativamente. Un entramado complejo sin duda.
Dejando de lado los absurdos viajes de Regreso al futuro y películas parecidas, basémonos en la idea de Wells para visionar este cortometraje perfecto en su estética como en su trama: La jetée (1962) de Chris Marker. Este corto fue fuente de inspiración para la película de Terry Gilliam 12 monos (1995).
Debido a la duración (26 min.) lo he dividido en 3 partes.





El corto está estrictamente grabado en fotografías que denotan un movimiento constante y se trata el viaje como un bucle infinito; una nueva paradoja del tiempo.
La estética o la morfología del lenguaje cinematográfico basado en fotos es realmente novedoso en la época y actualmente se utiliza sólo para videoclips; rara vez se usa para la expresión fílmica de un relato (el corto Tres crucifixiones en el parque del Retiro).

Las únicas formas posibles de trasladarse en el tiempo son: viviendo (dije que el presente no existe, por tanto, siempre estamos caminando sobre el futuro) o mediante la criogenización (una técnica todavía no perfeccionada).
La idea de la paradoja del tiempo, o sea, viajar al pasado, matar a tu abuelo y dejar de existir o no, es incoherente por muchas razones. Si escogiéramos esta manera de ver el tiempo, éste sería lineal. Por tanto, si viramos al pasado nuestro viaje se transformaría en un rebobinado, como si cogiéramos una película, la rebobináramos y volviéramos al principio; no seríamos conscientes de haber ido hacia atrás y, por tanto, el viaje no existiría. Yo me tomaría estos viajes desde el punto de vista de la física cuántica: los multiversos. Tomemos el ejemplo anterior: yo vivo en una película y si voy al pasado se crea un rebobinado. Sería mejor encajarlo como: yo me estoy grabando con una cámara y me estoy viendo, al mismo tiempo, por el televisor. Termino la grabación. Luego cojo la filmación y la pongo al principio y me veo: dos realidades iguales coexistiendo al mismo momento; sólo que una puedo modificarla. Yo no dejo de existir y, además, soy consciente de que lo que veo es el pasado; cuando he empezado a grabar, por tanto, me acuerdo de lo que he hecho: se crea un universo paralelo o multiverso.
Los viajes en el tiempo funcionarían de ese modo, sino se crearían las paradojas que, a la vez, provocarían un caos absoluto: el eterno retorno infinito; nunca moriríamos.
Primer (2004) de Shane Carruth propone una visión científica sobre las consecuencias de un viaje temporal. Original y espléndido film que ganó el festival de Sundance del 2004, donde unos científicos que intentan fabricar aparatos para ganar dinero (trabajan en el garaje de uno de ellos), se encuentran con la piedra filosofal de la física: los universos paralelos dentro de un mismo espacio; pero claro, dominar este tesoro será más complicado de lo que ellos creen. Ejemplar película para quien quiere dedicarse al cine: se gastaron sólo 7.000 $ para hacerla.
Donnie Darko (2001) de Richar Kelly es un film que se sustenta bajo la teoría de los
agujeros de gusano, objetos no materiales que deforman el espacio y el tiempo por nuestro universo. ¿Por qué no uno de ellos puede estar en nuestra ciudad? Pues así sucede, pero con el aliciente de que el protagonista padece alucinaciones con una persona disfrazada de conejo siniestro que le advierte la duración del mundo; él deberá evitarlo. La explicación de todo ello la dejo para cuando visionéis el film. El detonante de la trama estriba en Donnie cuando un día, a causa de su sonambulismo, evita morir aplastado por la turbina de un avión que cae encima de su casa.
La visión subjetiva de una persona puede modificar drásticamente el devenir del tiempo (como denotó el filósofo Henri Bergson: ver la tercera entrada del blog). Tanto puede ser así que podemos ver varios ejemplos de este tipo en el cine.
El efecto mariposa (2004) de Eric Bress muestra esto más la importancia que tiene cualquier acción que hagamos (sea cual sea, aunque sea muy insignificante) sobre nuestro posible destino. La película juega con dos géneros a elegir: la ciencia ficción y un drama psicológico. Una historia muy bien lograda y expresada fílmicamente de forma magistral. El concepto de "efecto mariposa" lo acuñó Edward Lorenz para establecer una teoría del caos: una acción provoca una consecuencia en otro lugar y tiempo.
El film Atrapado en el tiempo (1992) de Harold Ramis emplea la idea de la importancia de nuestras acciones para obtener un destino mejor. Todo esto sumado al bucle en que se inmiscuye el protagonista: cada día es el mismo día. Hilarante e interesante película que hilavana perfectamente con Memento (2000) de Christopher Nolan. Esta película usa la visión subjetiva del tiempo y la repetición del mismo bajo el influjo de una enfermedad neuronal: amnesia retrógrada o pérdida de recuerdos a corto plazo. El protagonista no es consciente del tiempo que ha transcurrido, pues la memoria y los recuerdos son los que consolidan lo que llamamos el pasado, pero al mismo tiempo para el espectador todo se vuelve una suerte de repetición del mismo instante. El entramado del film es realmente sugerente, mezcla la lucha contra el tiempo y la memoria con la venganza por la muerte de su mujer. El guión, no lo olvidemos, está basado en un relato corto de Jonathan Nolan, hermano del director, que tituló así su obra: Memento mori.