domingo, 9 de marzo de 2008

Factotum

La vida del escritor Charles Bukowski ha dado muchos libros sobre sus relaciones con el alcohol, las drogas y las mujeres. Libros construidos a partir de pequeñas situaciones donde no era necesario intercalar ninguna moraleja, ni final espectacular, ni siquiera un principio definido; simplemente instantáneas de su vida. A pesar de querer hacerse conocido por sus obras poéticas, lo es más por sus devaneos vitales y por sus libros de circunstancias: Cartero, Mujeres, Hollywood, La máquina de follar, etc. Hasta 6 novelas de situaciones y 6 libros de relatos cortos que incluso repetían anécdotas del resto de su obra. Todo siempre bajo el alter ego de Henry Chinaski. Es curioso ver hasta qué punto Henry es la representación de Bukowski que, en 2 libros, al autor se le escapa y anota Charles en vez de Henry, o Bukowski en vez de Chinaski. A ver quién lo encuentra.
Cuando uno empieza a adentrarse en la obra de Bukowski acepta unas condiciones y las asume hasta el punto de "encariñarse" con el personaje al que no le pasan historias fabulosas, sino excesos extremos con la bebida.
Son famosos los espectáculos alcohólicos delante del público cuando iba a leer poemas. Uno de los ejemplos fílmicos que se basa más en este aspecto es Ordinaria locura (1981) de Marco Ferreri.
Olvidable film que podría haber sacado más jugo del libro Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones. No sólo por la interpretación sino por el tempo de la película. Aun así obtuvo el premio Firesci en el festival de San Sebastián de 1981. El personaje de Bukowski se perdía en lo onírico y resultaba demasiado poco humano como lo sería en la siguiente adaptación: Barfly (1987) de Barbet Schroeder. En este film, creo que se encuentra la mejor personaficación del Bukowski en sus horas más bajas (como en sus libros) y se olvida de metáforas como se intentó en la versión italiana. Un Mickey Rourke pletórico (tal vez el papel de alcohólico sea lo mejor que ha sabido hacer nunca el estadounidense) dotan al film de un dramatismo propio de Chinaski, aunque cabe decir que el film no dejar de ser una película normal, sin ninguna pretensión más que la de seguir a un hombre ahogado en peleas, y poco más. El guión estuvo escrito por el propio Bukowski y en el libro Hollywood hizo un repaso sobre sus devaneos en el mundo comercial del cine estadounidense cuando se preparaba la producción del film.
La segunda novela de Bukowski da pie a la versión fílmica con el mismo nombre del tomo: Factotum (2005) de Bent Hamer. Aquí observamos una trama de pequeñas situaciones muy fiel al libro, con la interpretación de Matt Dillon, que dan de Chinaski, una versión amable de Bukowski. Me gusta la estética y ritmo de la película, así como las interpretaciones de Lily Tailor y Marisa Tomei. Es una buena selección de los mejores momentos del libro y, aunque no lo parezca, están sutilmente concatenados o, al menos de una manera poco corriente.
En uno de los momentos del libro (que voy a reproducir ahora) Henry entabla una conversación con un compañero suyo de trabajo (Manny) y empiezan a discutir sobre las relaciones con las mujeres. El fragmento lo he extraído del libro Factotum, pág.94:

"-¿Estás casado Manny?
-¡Qué va!
-¿Mujeres?
-A veces, pero nunca dura.
-¿Cuál es el problema?
-Una mujer es una ocupación para todo el día. Tienes que elegir entre ella o tu profesión.
-Yo creo que existe un desahogo emocional.
-Y físico también. Ellas quieren follar día y noche.
-Búscate una con la que te guste follar.
-Sí, pero si tú bebes o juegas, ellas se creen que estás despreciando su amor.
-Búscate una a la que le guste beber, jugar y follar.
-¿Quién quiere una mujer así?"

Sin duda, un diálogo maravilloso. Ahora podréis ver cómo Henry pone en hora un reloj estropeado. Para quitarse el sombrero.

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