lunes, 31 de marzo de 2008

Clerks

Últimamente en este blog trato películas que se apoyan en el diálogo y el maravilloso encanto de las palabras. Un film que cristaliza el poder de este elemento es Clerks (1994) de Kevin Smith, que se presentó con grandes alabanzas en el festival de Sundance y ganó dos premios en el festival de Cannes. Film de referencia obligada, cuando se habla de cine independiente, porque mezcla de una manera muy sutil diferentes situaciones o pequeños gags que se encuentran entre el humor inteligente y el humor gamberro. Este largometraje es la comedia que todo joven hubiera querido hacer para dar a conocer a todo el mundo las peripecias hilarantes de personajes raros, las charlas magníficas sobre teorías sobre el mundo y las películas, etc.
La historia no puede ser más sencilla: un día de trabajo de un empleado en una tienda Quick Stop. A partir de aquí todo son piruetas de los diálogos y mezclas de personajes bizarros que entran y salen de la película pero que dejan una huella imborrable (el tipo que vende chicles, el "bola de nieve", el primo ruso ...). Película de obligado visionado donde podemos encontrar a un director que crea su opera prima y se abandera como un director de referencia. Esta película tuvo una nula repercusión, en España y en gran parte del mundo, cuando apareció pero el sistema que la hizo perpetuarse a través de los años fue el boca a oreja. Siempre la recomendación de este film ha funcionado. De hecho estamos ante un film con un presupuesto prácticamente nulo y, la verdad, no necesitaba más dinero, así está perfecta. Smith se encontró la cámara en la basura, el Quick Stop que aparece es propiedad de sus padres y tuvo que rodar todas las escenas que ocurren dentro del local por la noche, para no parar el funcionamiento de la tienda. Como veis es un film autosubvencionado y está clarísmo que está rodado en blanco y negro para ahorrarse gastos de iluminación y fotografía.
La historia de Dante Hicks empieza cuando el jefe de la tienda donde está contratado lo llama para que trabaje un día que, en realidad, no le toca, pues esa jornada tiene fiesta. A partir de aquí su lema para quejarse de su asquerosa y monótona vida durante todo el día será: "¡Si ni siquiera me tocaba venir hoy!". Toda una cantidad de desgracias y situaciones absurdas ocurrirán el día que se convertirá en el peor de su vida, a prioiri, pero también en el más intenso. Las peripecias están acompañadas por el vago y canalla Randal Graves, trabajador inerte de un videoclub donde sólo van las personas que les gustan las películas más malas de la historia. El mundo idiota en el que viven los dos protagonistas no puede ser más perfecto para crear una historia repleta de joyas como ésta que os voy a presentar:



Las teorías de dos bandos: el de la mujer y el del hombre. Dos géneros enfrentados por una cuestión estúpida pero que nos parece tan cercana que lo único que podemos hacer es ponernos a reír; Dante es el número 37.
Me encantan las intervenciones de los personajes secundarios en la trama, pues son los que hacen que la película se vuelva más surrealista de lo que es.
Sin duda, el personaje con un peso humorístico increíble, por sus frases, es el personaje de Randal. Un rol que el mismo director (que encarna a Bob el silencioso) quería interpretar pero que, afortunadamente, no lo hizo.
Veamos cómo encarga por teléfono unas comandas mientras sirve a sus clientes:



Es una lástima que Kevin Smith creara una película tan fresca y dinámica y, luego, hiciera típicas comedias americanas con pequeños (o me atrevería a decir pequeñísimos) tintes del humor de Clerks. El resto de films de Smith no aportan nada que no se haya visto antes, es más, el profanar a los personajes de Clerks para hacer films estereotipados es lo peor que se le ha ocurrido a un director como él. Huelga decir que voy a evitar decir nada sobre la segunda parte del film que trato hoy. No se lo merece.
Para pasar un rato delicioso os voy a dejar con los mejores minutos de Clerks:



Sobra decir que la mujer que cree que es importante tener un buen trabajo para mantenerse sano mentalmente es masturbadora de caballos en una granja, o sea, mamporrera. En este vídeo hemos visto una sucesión de gags muy buenos, entre ellos, la teoría de la sociedad civilizada y sus intereses económicos con la Guerra de las galaxias. Hay muchos más momentos sublimes pero que es mejor que los volváis a ver en el film ya que aquí no hay mucho espacio para escribir tanto.

4 comentarios:

  1. Estimado Dante, celebro tu artículo sobre Clerks y el particular mundo del eterno contraadolescentista Kevin Smith. Sin duda Clerks encarna el deseo de hacer eterno lo pasajero. El prota, alterego de cualquier hombrecito venido a menos, perpetua la frustración de los sueños de cualquier chaval. Negativo y quejoso, convierte su trabajo en un mundo absurdo donde regocijarse. Me extraña mucho que no hagas referencia al partido de hoquey en el tejado. Y me preocupa tu sugerente y tácita crítica a Mallrats. En fin, concibo a Kevin Smith y su Clerks como la generación treintañera tardía del ideario creado por National Lampoon. ¡Ahí lo dejo!

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  2. Estimado giskard reventlow,
    por supuesto que el partido de hockey es genial, como la historia sobre la muerte del primo de Randal, pero, como digo en el blog, no puedo desgranar todos los gags del film; el post sería demasiado largo. "Clerks" es un loser de la época del cómic "Odio" de Peter Bagge y de la generación grunge a la que se la denominó "X". Mi crítica velada a "Mallrats" es extensible a todo el resto de la filmografía del director. "Mallrats" no es nada original, se encorseta en los parámetros de una comedia norteamericana al uso, con pequeñísimos tintes de humor gamberro de "Clerks"; y poco más. En "Clerks" se hace uso de una estructura narrativa más fresca y espontánea.
    Dante Hiccks es, al fin y al cabo, el proptotipo de hombre que quiere alargar su adolescencia tanto como pueda.
    ¡Un saludo muy grande!

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  3. 37 pollas, mi novia ha chupado 37 pollas!!!!
    Que grande. Pendejo.

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  4. Hola anónimo,
    lo mejor es cuando sale un espontáneo y le dice:
    -¿De una tacada?

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