El vídeo de hoy es una muestra más de la maestría de algunas películas por inmiscuirse en temas espinosos donde mucha gente prefiere posicionarse en el bando mayoritario: el de la prohibición.
Si en la entrada del film Gracias por fumar (2006) de Jason Reitman vimos qué argumentos infería el protagonista para poder fumar, en el fragmento que os propongo de The Goods: Live hard, sell hard (2009) de Neal Brennan, se van a abolir muchos muros de intolerancia y de tabús sobre el hecho de fumar en un sitio donde ya no está permitido.
Pero, claro, hemos de entenderlo todo desde una óptica del humor y del absurdo.
Don Ready es un vendedor de coches tan bueno que sólo se le contrata cuando una empresa de este ramo necesita ayuda urgente. Por ello, ha de viajar con su grupo hasta Temecula para reflotar un puesto a punto de zozobrar. Pero, en el viaje de avión, se le ocurre encender un cigarrillo para aliviarse.
Veamos qué es lo que sucede y qué razones arguye para llevar a cabo su cometido. Supremo:
Sin duda alguna, Don Ready es el nuevo héroe de este blog, pues con su presteza y su personalidad arrolladora doblega a quien quiera. Claro, es un vendedor de coches y por eso tiene una labia que vence a cualquier argumento contrario, convenciendo a quien se le ponga por delante.
Prometo utilizar este mismo método en mi próximo viaje en avión: Rosa Parks lo hubiera querido así.
Si en la entrada del film Gracias por fumar (2006) de Jason Reitman vimos qué argumentos infería el protagonista para poder fumar, en el fragmento que os propongo de The Goods: Live hard, sell hard (2009) de Neal Brennan, se van a abolir muchos muros de intolerancia y de tabús sobre el hecho de fumar en un sitio donde ya no está permitido.
Pero, claro, hemos de entenderlo todo desde una óptica del humor y del absurdo.
Don Ready es un vendedor de coches tan bueno que sólo se le contrata cuando una empresa de este ramo necesita ayuda urgente. Por ello, ha de viajar con su grupo hasta Temecula para reflotar un puesto a punto de zozobrar. Pero, en el viaje de avión, se le ocurre encender un cigarrillo para aliviarse.
Veamos qué es lo que sucede y qué razones arguye para llevar a cabo su cometido. Supremo:
Sin duda alguna, Don Ready es el nuevo héroe de este blog, pues con su presteza y su personalidad arrolladora doblega a quien quiera. Claro, es un vendedor de coches y por eso tiene una labia que vence a cualquier argumento contrario, convenciendo a quien se le ponga por delante.
Prometo utilizar este mismo método en mi próximo viaje en avión: Rosa Parks lo hubiera querido así.
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Menuda jeta tiene el señor Don Ready (enorme Jeremy Piven), vaya party que se montan en el avión 8D.
ResponderEliminar¡Saludos!
Don Ready es el amo del mundo, pues consigue lo que quiere sabiendo cuáles son las carencias de la sociedad en general, y en esas debilidades se aprovecha y convence a quien se le ponga por delante.
ResponderEliminarLa fiesta es descomunal, ojalá pasara habtualmente este tipo de parties en los aviones.
¡Saludos!
Así más de uno vencería el miedo a volar. Magnífica escena y, la verdad, que está muy bien tramado el diálogo.
ResponderEliminarMuy bueno, amigo.
Saludos.
Ya ves, con esta premisa más de uno se subiría a un avión a pasar un fin de semana, sin importarle a dónde se dirige.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo Tomas.