La década de los 80 está llena de testimonios que utilizan la marihuana como parte anecdótica para recrear comedias gamberras, pero

el protagonismo de esta droga como elemento fundamental o motor de arranque de un largo se ve difuminado. Este decenio se ve influenciado por el uso de drogas diferentes, que son motivo de demonización por parte de los estamentos de higene moral y del gobierno: cocaína, heroína, ácidos, pastillas, etc. Así, pues, viendo el aluvión de drogas duras, no tiene mucho sentido ametrallar contra el cannabis. Los 90 sí serán especialmente prolíficos en tratar la hierba como tema principal de un largo o un documental. Pero, claro, ahora desde el punto de vista más apologético y desde la óptica más científica, creando así comedias desvergonzadas y documentales rigurosos sobre las propiedades de la marihuana. Veamos algunos casos interesantes.
Toxic Zombies (1980) de
Charles McChrann es un ejemplo de cómo se manejaba el tema del cannabis para fines diferentes a los establecidos en el resto de décadas. De innegable sabor a serie Z, casposa, sanguinolenta y desmesurada,
Toxic Zombies inicia su punto de partida a través de unos hippies cultivadores de hierba que empiezan a fumar su cosecha y se convierten en zombies caníbales (¡!). Esto se debe a que el malvado Gobierno ha esparcido por sus campos una sustancia experimental precisamente para erradicar la marihuana. Todo se volverá contra ellos cuando una horda de caníbales de ultratumba se tomen la venganza por su cuenta.
They don't cut the grass anymore (1985) de
Nathan Schiff es un testimonio bizarro sobre la marihuana, pero que nos sirve perfectamente para demostrar cuántos resortes adopta la hierba en el séptimo arte para meterse en una época donde la prohibición está ocupada por otras drogas, las duras, más perniciosas para la sociedad.
En este largo,
Schiff muestra un cine gore desorbitado y vitriólico. Dos campesinos locos y amantes del monstruo verde deciden iniciar su personal diatriba sanguinaria contra los yuppies. Las consecuencias ya os las podéis imaginar en una cinta de serie B como ésta. Sangre, vísceras, horror y cannabis. ¿Qué más se puede pedir?
Half Baked o
Medio flipado (1998) de
Tamra Davis es una comedia desorbitada, a ratos absurda y aunque tiene toques muy flipados con el hecho de ir fumado, peca de ser un producto barato y muy poco elaborado.
La historia versa sobre la vida de 4 amigos que se reúnen cada día en su piso para fumar marihuana de una manera completamente desfasada, dando lugar a situaciones cómicas. Un buen día, uno de ellos mata por accidente a un caballo de la policía montada y es encarcelado. Para liberarlo, sus amigos tendrán que vender hierba a destajo, aunque tengan que hacer publicidad por la televisión y hacerle la competencia al gran capo de la marihuana.
Homegrown o
Cosecha propia (1998) de
Stephen Gyllenhaal es una comedia de 3 perdedores,
Jack,
Carter y
Harlan, que se dedican al conreo de la marihuana, pero especialmente en la plantación de su jefe,
Malcolm, de quien poco o nada saben. Un día el amo aparece muerto y al trío no se le ocurre otra cosa que apropiarse de todo el tremendo botín. A partir de aquí empezarán a organizar un negocio bastante torpe en la venta y distribución de la droga, provocando situaciones hilarantes, pues los 3 traficantes son en realidad unos ineptos en todo. Aquí ya se observa que en la comedia norteamericana se está utilizando el cannabis como elemento y emblema de lo políticamente incorrecto.
Marihuana, el sótano maldito (1999) de
Robert Sarkies es una entretenida comedia neozelandesa con tintes negros que narra las vicisitudes de un grupo de jóvenes que, al no encontrar un piso económico donde vivir, deciden ocupar una vieja casa.
Dentro de las tétricas y polvorientas habitaciones de la morada encontrarán un enorme vivero de marihuana en perfectas condiciones. A partir de aquí ocurrirá lo evidente (ya visto en el anterior ejemplo): venderán toda la cosecha y aparecerá el verdadero dueño de tan preciado botín, un loco al que encierran dentro del sótano. Los protagonistas no sabrán qué hacer con él.

Especial atención merece también la retahíla de películas mexicanas -completamente desconocidas para el gran público- sobre el personaje de
Macario Leyva, o como mejor se le conoce: "
El marihuanero". Apodo que denomina la primera cinta del 1999 donde se mezcla acción, hierba, mujeres, pistolas y delirante música y ambiente tex-mex.
Un año después veríamos la vuelta del embajador mexicano de la hierba en la delirante
La venganza del marihuanero (2000) de
Luis Estrada. Prácticamente con el mismo plantel de actores se retoma el tema de los gángster aztecas de la diosa verde.
Macario acabará con cada uno de los enemigos que en su día lo derribaron.
Cintas bastante difíciles de encontrar por estos lares.
Estrada muestra dos de sus cintas dentro de su filmografía en el vasto mundo de los narcocorridos y el crimen organizado.

Éste es el documento definitivo sobre la historia de la marihuana en la sociedad norteamericana:
Grass (1999) de
Ron Mann. Narrado por el actor
Woody Harrelson, este documental nos ilustra sobre cómo la hierba ha sido perseguida y criminalizada por diferentes personajes políticos, que no han hecho otra cosa que malinformar a la población para desgastar más la economía estadounidense sin una base científica que acredite tales acciones. Uno de los artífices de la "guerra contra la marihuana" y base de este largo es
Harry Jacob Anslinger, jefe del Gabinete de Prohibición de Narcóticos, quien movió cielo y tierra para desterrar al monstruo verde de las praderas americanas, especialmente durante los años 1930-1937, años que produjeron
un gran puñado de cintas panfletarias. Pero su lucha contra la hierba se extendió hasta el resto del mundo, demonizando el tema y creando una opinión infundada que ha minado el concepto de esta droga hasta nuestros tiempos.
Aslinger consiguió la penalización total en casi el resto del mundo, y en los años 80 su influjo produjo gastar 214 billones de dólares para su erradicación. Ver para creer.
No os perdáis la próxima entrega, que será la última, sobre este sugerente mundo de la marihuana y la opinión pública, pero esta vez desde el 2000 hasta la actualidad.